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EL CONFESIONARIO

Nació en Montenegro, vivió en Balboa Risaralda, de origen campesino Jairo López Marín logró superarse en la vida convertirse en médico y ser un ejemplo para la sociedad regional. El director del hospital San Juan de Dios de Armenia defiende la familia como un pilar esencial de superación y formación de los hijos. Consumado deportista, considera que el hospital a traviesa por uno de sus mejores momentos desde su creación. Hoy trata de recuperar la alta cartera que posee sus cuentas. López Marín se confesó con EJE NOTICIAS PERIODICO.

Sala de redacción

EJE NOTICIAS PERIODICO. Cuéntenos un poco sobre su vida, ¿dónde nació?

Jairo López Marín. Yo soy quindiano, nací en Montenegro, pero a los pocos días nos fuimos a vivir a Risaralda, porque el cuento es que mi padre es de un pueblito que se llama Balboa y mi madre de Quimbaya. Mi viejo en esas épocas, 50 años atrás era un labriego, recolector de café y venía por acá a estas tierras quindianas, donde se conoció con mi mamá y se casaron. Tuvieron 8 hijos de los cuales yo soy el cuarto de ellos.

En este pueblo risaraldense viví mis primeros quince años de vida. Allá tuve mi infancia y parte de la juventud. Luego de este tiempo nos volvimos para el Quindío, más exactamente para Armenia y desde eso hemos vivido acá, aunque mi carrera de médico la hice en la Universidad Tecnológica de Pereira.

A Dios gracias porque aún conservo vivos y muy aliviados a mis padres, siendo ellos nuestro orgullo porque gracias a ellos y a su esfuerzo es que todos sus hijos salimos adelante, todos dedicados de profesión al sector salud.

E.N. Médico, ¿Cómo hace un padre dedicado al campo, para sacar adelante y educar a sus 8 hijos?

J.L.M. Pepillo si, esa es la pregunta que nosotros le hacemos a nuestro padre. Incluso en nuestro diario vivir uno se queda asombrado cuando al consultorio entran madres con 3, 4 o 5 hijos. La verdad es que es algo muy complicado, pero esa era la costumbre de antes, la cultura paisa y gracias a Dios y al esfuerzo de nuestros padres nunca nos faltó ropa, ni comida que era lo más importante.

E.N. Medico se me viene una canción a la mente, que titula “Así empezaron papá y mamá” y a propósito, así empezó usted ¿Cuántos hijos tiene?

J.L.M. Tengo una hija que está terminando medicina. La tuve precisamente cuando estudiaba en Pereira sin haberme casado con otra estudiante también de medicina. Hoy por más de que vivimos separados he sido ese apoyo incondicional para mi hija y tratamos de vernos muy frecuentemente.

Posteriormente me casé con otra médica de Montenegro, luego de haber terminado mis estudios en Pereira y con ella tengo un hijo de 8 años.

E.N. Muy bien médico, ¿Cómo fue su infancia?

J.L.M. Como le mencioné, mis primeros años fueron en Balboa Risaralda. Allí crecí y estudie en el colegio, el cual quedaba a una hora y media de donde vivíamos, pero siempre con la compañía de mis hermanos y los amigos era muy llevadero ese tramo. Jugaba mucho también, participaba en muchas competencias deportivas, incluso gane premios a nivel departamental. De mis amigos de infancia hoy en día varios han sido alcaldes de este municipio.

E.N. ¿Y cómo alguien nacido en la entrañas campesinas resulta siendo médico?

J.L.M. Hay una frase que mi papá nos decía y siempre quedó grabada, “muchachos yo quiero que ustedes sean lo que yo no fui”, esa ha sido básicamente la frase motivadora. Nosotros desde niños siempre fuimos muy juiciosos, nos gustó mucho estudiar y en la finca ayudábamos muchos en las labores de la casa y de recolección de café, entonces siempre hemos tenido como esa costumbre y ganas de trabajar.

Con respecto a lo de ser médico, primero fue mi hermano mayor el que inició la carrera. Yo por mi parte inicie otra carrera porque no me alcanzó el puntaje, pero luego pude ingresar. La medicina siempre me gustó, más cuando siempre veía en el pueblo tantas necesidades y la enseñanza de nuestro padre de ser tan humanitario con las demás personas.

E.N. ¿Y alguna especialización?

J.L.M. Si, en el 2004 hice una especialización en Gerencia de Servicios de Salud con la Universidad Cooperativa de Colombia. Fueron dos años de estudio que se desarrollan alrededor del área administrativa. Intenté hacer otras especializaciones pero fue difícil el ingreso a la universidad.

E.N. Muy bien, ¿Y de esos amigos de infancia en que andan, son médicos también?

J.L.M. Son principalmente dos los que quedaron desde la infancia. Uno de ellos fue alcalde de Balboa y el otro si estudió medicina y se encuentra trabajando en la Secretaría de Salud Departamental allá en Pereira. Tratamos de vernos frecuentemente y conservamos una muy buena amistad.

E.N. Médico, ¿Rumberito?

J.L.M. Hombre Pepillo, yo creo que todo son etapas y puedo decir que disfrute mucho esa época de salir a rumbear. La verdad es que si, fuí bastante rumbero.

E.N. Bueno deportista integro ¿Y el deporte qué le dejó?

J.L.M. No pues muchas satisfacciones personales, el hecho de hacer lo que me gustaba y practicarlo. Además del tema de salud, como médico sé que hacer deporte es vital para el cuerpo. Aun lo práctico, juego fútbol de vez en cuando.

E.N. Épocas muy distintas las que vivimos nosotros y la de esta juventud de ahora. ¿Qué hacer para salvar esta niñez y juventud del momento ?

J.L.M. Pepillo yo pienso que el componente social y familiar son primordiales. Ahora hacen mucha falta los verdaderos valores en las casas y la autoridad de los padres. Ya no hay compañía por parte de los padres con los hijos debido a las ocupaciones y demás situaciones y por eso los niños crecen sin principios. Mis padres por ejemplo, después de viejos nosotros nos siguen aconsejando y regañando cuando es necesario y de mi parte con mis hijos trato al máximo de que ser un muy buen padre, permitiendo que haya siempre un dialogo de por medio y no dejando que la tecnología se vuelva una barrera como pasa en otros casos.

E.N. ¿Y cómo va la salud del Hospital?

J.L.M. Muy bien gracias a Dios. Vamos a estrenar en 20 días o un mes unos quirófanos de lujo para el servicio de la comunidad quindiana. Estamos tranquilos porque hay una viabilidad financiera y con la satisfacción del deber cumplido. De hecho la semana anterior hubo una visita de la Superintendencia Nacional de Salud para la revisión de todos los procesos y nos fue muy bien.

E.N. ¿Cuántos hospitales ha tenido la oportunidad de dirigir?

J.L.M. De dirigir han sido el hospital de Pijao y el de Armenia, pero se puede decir que he pasado por todos los hospitales del departamento en el área administrativa.

E.N. Usted dice que el Hospital está bien, ¿Pero por qué entonces se dice tanto de que está inestable y no tan bien como se dice?

J.L.M. No Pepillo esto es normal. Desde afuera siempre se dicen muchas cosas y cuando una EPS no paga, uno como gerente hace ruido, pero igualmente se tienen que seguir gestionando recursos. El gobierno departamental y el mismo ministerio han sido un apoyo muy grande para el hospital y hemos sabido sacarlo adelante. Acá lo importante es que se vea el dinero por todo lado, sino más bien que tengamos con que responder a los usuarios y eso lo hemos hecho muy bien hasta ahora.

E.N. ¿Mucha cartera?

J.L.M. Si, en estos momentos estamos con 42 mil millones de cartera. El presupuesto del hospital es de 60 mil millones. Lo que pasa es que es una cartera que viene acumulada desde el 2001. De todo esto hay unos 28 o 29 mil millones recuperables.

E.N. ¿Es cierto que desaparecen algunos hospitales a nivel municipal?

J.L.M. El tema de la norma del sistema de salud está muy complejo. Tenemos una EPS pública en el país que al paso que vamos va a quebrar a todos los hospitales, porque tiene la mayor población afiliada, inclusive a hospitales como el San Juan de Dios. Con el tiempo se puede decir que va a haber una quiebra inminente lamentablemente, porque las EPS  no van a tener con que responder.

E.N. Es decir que los hospitales cordilleranos podrían desaparecer?

J.L.M. Tanto como a desaparecer no, pero como hospital no van a tener su autonomía financiera y administrativa.

E.N.P. Médico muy amable por su confesión.

J.L.M. A usted Pepillo y a su grupo de trabajo.

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