Las basuras siguen siendo un tormento para las autoridades de salud en Armenia. Puntos residenciales y de recreación hoy están convertidos en basureros públicos que además generan inseguridad.
La problemática se extiende ante la irresponsabilidad de los ciudadanos que convierten esquinas en verdaderos basureros. Las autoridades tienen localizados varios sectores donde el manejo de las basuras se ha convertido en un verdadero conflicto de salud pública donde confluye la miseria, el abandono, las infecciones, la drogadicción, inseguridad y factores que alteran la salud de los habitantes de esos lugares cercanos.
Ayer el secretario de Gobierno Eduardo Orozco Jaramillo se pronunció sobre dos temas fundamentales, las basuras y la inseguridad que se viene presentando en sectores que no pueden ser vedados por la acción de los delincuentes.
Aunque el primero de los aspectos corresponde a la EPA y a la secretaria de Salud que debe exigir y recomendar campañas para prevenir enfermedades que se deriven de estos asentamientos de basuras, el segundo, la inseguridad sí compete directamente a su despacho.
Estos factores atraen infecciones en el primer caso y un torrencial que afecta la seguridad de los ciudadanos por la presencia de maleantes que intimidan a la comunidad en el segundo aspecto.
Si el gobierno cumple su compromiso de abordar estos factores desequilibrantes, muy seguramente Armenia recuperaría la tranquilidad de la cual gozó hace muchos años, pero infortunadamente hoy tenemos que decir que lo uno convive con lo otro.
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