El deporte blanco llora su partida, el Quindío recuerda a su hijo
Luego de que el cuerpo del joven deportista promesa del tenis colombiano Juan David Varón fuera repatriado desde los Estado Unidos, familiares y amigos le rindieron un homenaje como despedida a esta figura del deporte colombiano.
Colmada de personas se vio la iglesia Espíritu Santo donde arribó el cuerpo del joven luego de que en la madrugada del pasado miércoles llegase a su tierra natal proveniente del país del norte, un viaje que quizás Juan David hubiese preferido hacer en vida y no en un ataúd donde reposan sus restos mortales.
Familiares amigos y conocidos se dieron cita en el templo de Dios para despedir al amigo, al hijo, al compañero y al deportista.
Pese a que su deporte era el tenis, encontró en la velocidad la muerte, a sus 22 años de edad; no en vías de su querido Quindío sino en carreteras de un país que aunque le brindó oportunidades no le dejaba de ser ajeno; su familia y amigos lo recordaran como el joven comprometido con sus sueños, estos sueños que quedaron truncados por el destino funesto de la muerte, un adiós entre lagrimas y llanto desgarrador, para sus padres Juan David no está muerto sigue vivo en sus corazones. El Quindío lo recordará como esa joven promesa que tantas alegrías le dio al deporte regional, su raqueta ya no lucirá más en el campo de juego pero su obra quedará plasmada para la eternidad. Adiós a un grande, es solo un paso de ventaja que nos lleva a quienes aun quedamos luchando en este paraíso terrenal.