Deportes Quindío el fin de semana pasado se volvió a incrustar en el lote de los ocho tras el triunfo conseguido a domicilio ante el Barranquilla F.C, equipo de poca producción, que simplemente se enfoca en darle fogueo a los jugadores jóvenes de la costa norte colombiana.
Por: Cristian Marín Zuluaga
En buena hora el cuadro cafetero hilvana dos triunfos en serie: primero fue ante el Deportivo Pereira, en el clásico, y posterior se sumó de a tres en la capital del Atlántico. Resultados que le recobra la confianza a un conjunto inmerso en la irregularidad en lo recorrido de la temporada.
Si bien es cierto Quindío ganó dos partidos en línea, también es cierto que ahora comienza la verdadera batalla de ‘cheché’ y sus dirigidos. Ya lograron lo más complejo (regresar a los ocho), ahora empieza una campaña donde se está en la perentoria obligación de mantener una plaza dentro de los clasificados.
Hoy poco interesa el funcionamiento o el fútbol exhibido, el presente presiona en la tabla y de allí apremia conquistar resultados positivos sin importar la forma de conseguirlo. Por lo menos el colectivo cafetero ha transmitido ese mensaje en sus presentaciones de este semestre.
Valledupar, rival de turno
Quindío en el primer tramo del 2016, tuvo una ráfaga de resultados positivos, donde confeccionó cuatro victorias seguidas y un empate. Sin embargo pasadas las primeras seis jornadas el milagroso se sumergió en la irregularidad.
Para esta segunda vuelta, sólo se cayó en el arranque ante Bogotá en el Centenario, lo que podría presagiar un semestre sin tantas afujías como vivido en los primeros meses del año.
Quindío se ubica en la séptima casilla del torneo con 27 unidades y este fin de semana recibe al Valledupar que con 25 puntos amenaza los intereses del elenco de la ciudad.
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