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El ingeniero civil de la Universidad del Quindío, Uriel Orjuela Ospina, actual presidente de la veeduría del Túnel de La Línea  se confesó con Eje Noticias: las obras de infraestructura de la región, el tema central. Su vida es un legado en su actividad profesional. Un hombre decente, culto, de buenos modales y con una gran experiencia en su profesión de ingeniero. Orjuela Ospina vivió el terremoto del año 1999. Le tocó trabajar como pocos durante esos años de reconstrucción. Hoy desde su cargo de veedor solo espera que el Túnel de La Línea sea una realidad para el departamento y el país.

 ¿Cómo ve la situación del Túnel de La Línea? 

Uriel Orjuela Ospina. La decisión que debe tomar el gobierno nacional no es fácil. Hay antecedentes con respecto al proyecto y unos planteamientos concretos por parte de la interventoria y la veeduría. La decisión debe garantizar que en el segundo semestre de 2018, el proyecto esté funcionando y que el cronograma no se vea afectado.

¿Podrían generarse nuevos atrasos y no cumplirse la fecha de julio de 2017 solicitada por Carlos Collins?

Hay dos caminos a seguir: uno es continuar con el contratista actual, concediéndole no un plazo de tres meses, sino un plazo que permita que lo que le falta por ejecutar, con lo rendimientos que tiene, termine. Para nosotros es esa fecha de mediados del año entrante.

La otra es cerrar el contrato. Aplicar cláusulas de incumplimiento y contratar nuevamente, con todas las implicaciones que esto tiene.

Este contrato tiene que terminarse lo más pronto posible porque detrás de este contratista viene otro colocando los equipos electromecánicos y se atrasaría el plazo del segundo semestre de 2018.

Suspender este contrato nos preocupa porque montar otro contratista implica tomarle el ritmo a los trabajo, creo que por eso el Gobierno se ha demorado en tomar la decisión.

En el compromiso del gobierno nacional de entregarnos un túnel funcionando, no terminando, sino funcionando que podamos circular por él en el segundo semestre de 2018.

Hay varias obras de infraestructura que aún están en ciernes, ¿qué opinión le merece la situación de cada una de ellas?

La doble calzada Armenia-Club Campestre con conexión al aeropuerto El Edén.

El tramo aeropuerto – Club Campestre es un tramo en doble calzada, del Club Campestre al aeropuerto es una ampliación sencilla. Es un proyecto, cuyo contrato se firmó hace un año. En el primer año del cronograma se planteaba que se iban a demorar en ajuste de diseños y la compra de predios que sigue siendo difícil en los proyectos de infraestructura en Colombia, con la mira que empezando 2017 se puedan arrancar las obras. Hasta el momento se conocen diseños, lo más difícil es la compra de predios. Ahí hay hechos concretos, porque ya hay contratos firmados y contratistas trabajando; lo que pasa es que todavía no vemos la obra.

La ampliación de la vía La Tebaida – Pueblo Tapao – Montenegro

Ese es otro contrato que implica en su cronograma compra de predios y ajuste de diseños, pero es sí es la ampliación del actual corredor vial; no es doble calzada.

El paso de nível por Montenegro

En este proyecto también han estado trabajando no tanto en ajuste de diseños, sino en compra de predios y en el manejo de las redes de servicios público que hay que hacer allí.

Estos proyectos tienen fecha de inicio empezando 2017. La ventaja es que ya tienen contrato y contratistas trabajando en campo. Esperamos que no tengan contratiempos en el arranque.

Aeropuerto El Edén

Después de tres años sin inversiones, el gobierno nacional a través de la Aeronáutica Civil ya nos confirmó la inversión por 62 mil millones de pesos para el 2017. En este momento están haciendo los diseños de esa ampliación que consistirá en la ampliación de la terminal de pasajeros, la construcción de una nueva torre de control porque se va a refaccionar y la plataforma; es decir, parte del elemento tierra y aire. En este caso, cuando nos unimos y hablamos el mismo idioma podemos lograr adelante la gestión.

Embalse

Ya nos hemos reunido con Fonade. Ya explicaron cuál es la viabilidad del proyecto, las alternativas, los esquemas de financiación y esperamos que en el año 2017, con una estrategia similar a la del aeropuerto, podamos con la ayuda de todos sacar ese proyecto tan importante para el Departamento.

¿Se mantiene la unión entre gremios, alcaldía de Armenia y Gobernación del Quindío y congresistas? ¿Hay grietas?

Hasta ahora hay unión alrededor del tema. Al punto que la reunión que tuvimos con el ministro de Hacienda, Mauricio Cárdenas Santamaría, cuando nos vio sentados a todos nos manifestó que esa foto de los quindianos unidos nunca se le iba a olvidar. Y de allí salió el anuncio de recursos para el aeropuerto. Es decir, el esquema funciona. Viene un tema más difícil que es el embalse, en el sentido de la financiación aquí tienen que poner todos. El gobierno departamental, la alcaldía de Armenia, las empresas públicas de Armenia, el gobierno nacional; incluso hay esquemas de financiación con asociaciones público privadas. Creemos que esa es la prueba de fuego para demostrar que los quindianos si somos capaces de unirnos entorno a un proyecto que no debería tener ninguna discusión.

¿Qué está pendiente en materia de infraestructura?

La interconexión eléctrica con el Sistema Nacional porque si queremos tener un desarrollo sostenible en el tiempo tanto en la ciudad como en los municipios, necesitamos esa conexión.

Ese proyecto tiene que salir adelante, pero superando las dificultades que ha tenido y conciliando el tema ambiental. Además, hay que hacer un inventario de las vías terciarias del departamento y formular un plan a mediano y largo plazo que nos permita poner al día nuestra red vial, primero la terciaria y luego la secundaria.

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