Los primeros rumores fueron el 24 de julio del 2008. Edilson Duque Ceballos, alias Monoteto, cabecilla de la Oficina de Envigado que caía asesinado junto a su socio Jorge Alexander Quintero Gartner.
Nunca se supo la verdadera razón de su asesinato. Algunos decían que había sido un ajuste de cuentas por tratar de traicionar a Carlos Mario Jimenez, alias Macaco, miembro del Cartel de Cali quien sería el jefe del Bloque Central Bolívar de las AUC. La fiscalía argentina determinó que Mauricio “Chicho” Serna había pasado varias noches en la casa del paramilitar acompañado incluso por otra gloria del fútbol Colombia, Freddy “Totono” Grisales.
Para miles de argentinos Chicho Serna es un ídolo absoluto. Sus temporadas en Boca lo consagraron como uno de los mejores centrocampistas de la historia del club más popular de ese país. Por eso es que se convirtió en un referente, también, para cientos de colombianos que emigraron a Buenos Aires durante la década pasada. Noche fría de junio de 2006. Mauricio Serna está cenando en uno de los restaurantes más exclusivos de Puerto Madero, el lugar más glamouroso de Buenos Aires. Allí, por intermedio del mesero del establecimiento, Serna conoció a José Piedrahita Ceballos, uno de los narcotraficantes más buscados del mundo, un hombre que sobrevivió al Cartel de Medellin y al de Cali, un capo que era conocido por ser el amo y señor de Caucasia.
Ahí empezaron los líos para el ex jugador. Hace dos días tuvo que rendirle cuentas a la justicia argentina por los negocios que, al parecer, hizo con Piedrahita Ceballos. La acusación era lapidaria: Serna habría usado su nombre para blanquear el dinero de alias “El montañero” como lo tenía reseñado la DEA. En la trama resultaron vinculados Maria Victoria Henao –quien ahora lleva el nombre de Maria Isabel Santos, viuda de Pablo Escobar, y el hijo que tuvo con el capo, Juan Pablo Marroquín.
La operación en la que estuvo involucrado Serna rondó los USD$15 millones. La acusación es que el futbolista habría intercambiado varias de sus propiedades con Piedrahita. Los bienes de la operación fueron cuantiosos: una camioneta Toyota Land Cruiser último modelo, un Volkswagen Bora, un apartamento amoblado en la Avenida El Libertador donde está el metro cuadrado más caro de Latinoamérica, dos lotes en las afueras de Buenos Aires y otra casa en un conjunto campestre en las afueras de la capital argentina. Esa casa, del Country San Diego, Piedrahita la vendió por el doble de los USD$550.000 con el que la compró.
Serna con varios embrollos jurídicos
No han sido buenos los últimos años de Serna, al menos para su reputación. En el 2015 sobrellevó un embarazoso escándalo. Varios padres de familia de muchachos que soñaban con ir a jugar a la Argentina denunciaron una presunta estafa de la que él sería protagonista. Aprovechando su estatus de Agente FIFA les habría pedido sumas millonarias a varias familias para cumplirles el sueño de jugar en Boca. El viaje nunca se hizo y Chicho jamás dio explicaciones. La plata entregada a él, al parecer, se perdió.
El miércoles 16 de mayo del 2018 Mauricio Serna se presentó ante el juez federal Néstor Barral, el mismo que investiga a la viuda y al hijo de Escobar. Chicho se defendió diciendo que el capital que tenía él lo había hecho legalmente, jugando al fútbol. Explicó que efectivamente había tenido una relación con Piedrahita quien era un asiduo de su casa en el Country San Diego y que le gustó tanto la casa que se ofreció a comprársela en el 2008, cuando Serna regresó a Colombia a sus 40 años. Solo a comienzos de junio se sabrá si la estrategia que se jugó Mauricio Serna con el juez puede funcionar. Mientras tanto tambalea la reputación de uno de los ídolos más grandes de Boca Juniors y del Atlético Nacional.
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