Un problema que no discrimina estatus social, raza, sexo o religión
Por: Andres Felipe Zapata
En el Quindío como en el resto del país se ve con mayor frecuencia el maltrato y abuso dentro de instituciones educativas por parte de estudiantes contra los mismos compañeros, tema que debe ser tenido más en consideración por la gravedad de las consecuencias que esto está trayendo a los niños abusados y a sus familiares.
Las palabras Matoneo o Bullying, que en si quieren decir “acoso” tal vez nos parezcan algo nuevas, escuchándolas más a menudo de un tiempo corto hacia acá, pero lo cierto es que el acto del abuso escolar ha existido desde siempre, y sucede básicamente cuando uno o más niños agreden física o sicológicamente a uno de sus compañeritos de estudio, siendo este por lo general el nerdo de la clase, o el “distinto” físicamente.
En las escuelas y colegios de nuestro departamento se presentan a diario abusos que atentan contra la integridad física y moral de muchos niños ultrajados y violentados por sus otros compañeros, que sin importar una razón valedera optan por volverse la pesadilla de estos niños día a día, ocasionándoles trastornos y problemas conductuales, retracción, y el desprecio y desmotivación por asistir a clases, además de muy posiblemente heridas en sus cuerpos causadas por los maltratos físicos.
En las rectorías de los colegios o en las Secretarías de Educación del departamento son más bien pocas las denuncias registradas por parte de los mismos niños afectados y sus familiares, puesto que estos niños están siendo atemorizados por sus atacantes para evitar que cuenten lo que realmente ocurre, volviéndose esto en un problema que crece sin detenerse y llegando a convertirse en un foco de futuras problemáticas sociales.
Este artículo no se trata de tocar un tema que quizás muchos conocen o del que tal vez sea considerado como poco importante, se trata más bien de recordar e intentar que se tenga en cuenta esto como la base de grandes problemáticas que hoy en día estamos viendo dentro de nuestra sociedad. Los niños que fueron o son en estos momentos los abusadores muy posiblemente son o serán próximamente los ladroncitos, consumidores de drogas, conflictivos y generadores de violencia y problemas en nuestra sociedad. Y por otro lado las víctimas de este “matoneo” son o serán muy seguramente jóvenes o personas retraídas, bajas de autoestima y seguridad en sí mismas, desencadenándose en también problemas de drogadicción o peor aún en posibles suicidas. Considerada como una de las principales problemáticas sociales que vive nuestro departamento.
Es por esto que primero que todo el llamado de atención es para los padres de familia, el diálogo y buena relación con sus hijos es fundamental para evitar se sigan incrementando los casos de “abuso escolar” y así mismo evitar llegar a los problemas anteriormente mencionados. También los gobiernos municipales, departamental y demás entidades responsables, de la mano de las instituciones educativas deben de planear y poner en marcha más campañas en procura de educar a todos los niños en relación a este tema y de concientizar de los daños que se puede causar. Es tiempo entonces de verdaderas soluciones y estrategias que funcionen.