- Desde el sábado pasado prendieron motores las respectivas campañas políticas que a través de sus candidatos recibieron los correspondientes avales y fueron autorizados por las registradurias departamentales y municipales a fin de intervenir en el proceso electoral de octubre.
Por José Octavio Marín Naranjo
La marea política entró en completa efervescencia, los directorios o despachos se abren de par en par para recibir a sus seguidores; el contexto nos deja ver que para la alcaldía de Armenia seis ciudadanos disputarán el derecho de remplazar a Oscar Castellanos alcalde electo para un periodo de 14 meses que deja a la ciudad al garete, una capital maltrecha y golpeada por el proceso de valorización y los estrados judiciales, y siete aspirantes a la gobernación con uno de ellos, quien gane, que recibirá un departamento duramente golpeado y cuestionado por la pobre gestión de su actual mandatario Carlos Eduardo Osorio Buriticá que pasa sin pena ni gloria por ese despacho.
Desglosar la hoja de vida de cada ciudadano sería muy difícil en este corto espacio, simplemente diremos que algunos reúnen las condiciones que exige el votante, otros se ven distantes y comprometidos por sus lazos con las tradicionales estructuras políticas del departamento, algo que nadie absolutamente nadie puede negar y que la ciudad y el departamento canta a gritos. El clamor de la comunidad es el de no volverse a equivocar, buscar que no lleguen al poder aquellos que por siempre se han matriculado en las toldas que han ejercido por años el dominio regional y otros que, aunque esconden su procedencia política, tratan de tapar el sol con las manos para desviar la atención. Soy de los que consideran que un ciudadano derecho, debe decir la verdad, no saltar barreras y obstáculos para esconder sus afectos políticos y económicos, y lamentablemente hoy para este debate electoral, tenemos que decir que con contadas excepciones su gran mayoría nacieron, se formaron y ejercieron su carrera en los colectivos que los llevó a ocupar estos lugares o cargos en el sector público. Con total respeto de cada uno de los aspirantes a la gobernación veamos un breve recorrido de ellos: nadie podrá negar la procedencia política del odontólogo de Calarcá, fue Liberal, paso por la U y volvió a las toldas rojas, amigo de los varones electorales del Quindío; don Álvaro Arias de las entrañas liberales por siempre, cuota del carrielismo por muchos años; Javier Ramírez Mejía quien fuera un digno conservador matriculado en otras fuerzas; Carlos Alberto Gómez Chacón hombre serio pero con iguales movimientos; Álvaro Muriel quien sorpresivamente apareció en Alianza Verde, estuvo en la U y en otro partido de Uribe, no conozco su pasado; de Mario Sánchez poca información, finalmente el joven constructor social de Génova José Luis Jaramillo quizás el único de la lista a quien no se le conoce partido político en su trayectoria pública.
Si le damos una breve mirada a la alcaldía encontramos algo muy similar sin herir susceptibilidades. Pero al final tenemos que decir que así es el contenido del ejercicio político en Colombia y en el mundo, los partidos son los encargados de fijar pautas que finalmente garantizan las autoridades para que lleguen a los cargos los ciudadanos que recogen el favoritismo del sufragante.
No es un pecado
Para que negar nuestra procedencia u origen en el ámbito político, todos hemos tenido nuestro propio recorrido, siempre me he identificado con el Partido Conservador y lo haré hasta el final de mis días, si se está en estos menesteres no veo la razón de tapar el sol con las manos, pues más tarde que nunca se conocerá la verdad, la verdad de nuestras vidas, de nuestro pasado, la verdad, no alcanzo a entender porque la mayoría de estos ciudadanos les dio por negar sus orígenes políticos, sometiendo a sus seguidores en varios casos a una pesada carga de recoger firmas. Pero bueno ya estuvo, la campaña comienza de esa manera, extraña, rara, sin ánimo, sin alegría, con un potencial electoral desencantado, desilusionado de pasados procesos exigiendo revisión y nuevos aires para la región.
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