Coliseos de la Unidad Deportiva Atanasio Girardot. 

Es socialmente más efectivo invertir en proyectos de infraestructura deportiva que en cárceles.

Por: PABLO JARAMILLO ARANGO

Dijo Nelson Mandela que el deporte tiene más capacidad que los gobiernos para derribar las barreras sociales. Tiene el poder de transformar al mundo, de inspirar, de unir a la gente como pocas otras cosas.

Este sector es uno de los más importantes a tomar en cuenta en la acción política; las razones: produce bienestar social, físico y mental en la población (FND, 2022). Asimismo, favorece la unidad y la cohesión de la sociedad pues despierta sentimientos de orgullo e identidad además de ser una ventana de oportunidad para la economía de países emergentes (González, 2016).

Desde 2019, se le dio un impulso a este sector con la creación del Ministerio del Deporte. Sin embargo, el Sistema Nacional del Deporte, que fomenta la recreación, el aprovechamiento del tiempo libre, la educación extraescolar y la educación física, está desactualizado y resulta insuficiente para responder a las apremiantes necesidades que, en este ámbito, tienen hoy las regiones.

Fortalecer las estrategias de financiamiento para deportistas es uno de los retos latentes para este sector, pues a pesar que el gobierno nacional ha aumentado el apoyo económico para el desarrollo de actividades de alto rendimiento, el recurso resulta escaso para llevar a cabo las iniciativas que promuevan el deporte en los territorios. Hay un sinnúmero de niños, jóvenes y adultos que esperan contar con una mayor infraestructura para llevar adelante sus sueños en actividades de competición como en aquellas de simple recreación o esparcimiento.

El deporte es un salvavidas, el gobierno nacional debe ser consciente que se ha probado que es más eficaz socialmente invertir en proyectos relacionados con infraestructura deportiva, becas y dotación, que en centros de rehabilitación o centros penitenciarios.

El diagnóstico para determinar las necesidades concretas de los deportistas es precario. La inexistencia de un mapeo claro que establezca el inventario actual de los escenarios deportivos en el país tiene como efecto el desconocimiento de la realidad y el poco o casi nulo mantenimiento a los escenarios deportivos; naturalmente, las regiones son las principales afectadas.

Se requiere seguir avanzando en la descentralización de la infraestructura deportiva con el fin de lograr un acceso más equitativo al deporte, la recreación y la actividad física por parte de la población (FND, 2022).

El éxito de una política nacional enfocada en el deporte depende en gran parte de la articulación que todas las instituciones estatales generen para ejecutar eficiente y estratégicamente los recursos que se destinen en este aspecto (FND, 2022). Es por eso por lo que los ministerios del Deporte, Salud y Educación deben trabajar hombro a hombro y de manera mancomunada y coordinada en una estrategia integral de salud pública y de prevención de enfermedades que incorpore acciones de diverso orden: formativas, de promoción del cuidado y el bienestar colectivo, de convivencia ciudadana y, por supuesto del goce y la competencia sana. Ello sería invertir en la vida y reducir futuros gastos de la nación para reponer el tejido social. El deporte es un gran recurso para la prevención de enfermedades físicas y mentales.

No hay quien dude que cualquier política pública tiene repercusiones directas en las regiones. Para seguir avanzando en el desarrollo del deporte en Colombia es indispensable que las decisiones de Estado sobre esta área tengan un enfoque territorial y poblacional.

Asimismo, es urgente fortalecer la financiación de los deportistas de todas las edades y disciplinas, teniendo en cuenta un enfoque regional, pero sobretodo territorial. Con miras a la elaboración del Plan de Desarrollo del nuevo gobierno, debería quedar estipulada como meta el fortalecimiento de la infraestructura deportiva en las regiones, teniendo en cuenta la proyección y las necesidades específicas de cada territorio.

En ese orden de ideas, sería valioso articular el Sistema Nacional de Educación con el Sistema Nacional de Deporte de cara al apoyo y fomento de vocaciones deportivas de niños, niñas y jóvenes. Finalmente, es crucial fortalecer el programa de escuelas deportivas, para ello es importante establecer mecanismos que incrementen el porcentaje de niños que practican deporte después de la jornada escolar. Los niños y niñas que practican algún deporte, son luego adolescentes capaces de construir su propio proyecto de vida y, más adelante, profesionales comprometidos en sus labores y su país.

Ojalá no se nos siga haciendo tarde para invertir en la vida, el goce sano y la recreación.

¿Cuánto le tardará a nuestros gobiernos entender que es más rentable invertir en el deporte que en centros penitenciarios y de rehabilitación?

PABLO JARAMILLO ARANGO
Candidato a Doctor en Estudios Políticos y Jurídicos

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