La Barca de Calderón Por: William Calderón Z.

Génesis

En 1849 se fundaron el Partido Conservador Colombiano y el Partido Liberal. El uno, fundamentó su doctrina en el respeto a la Constitución, la ley, la legalidad contra las vías de hecho, libertad sin privilegios, incorporando en su agenda la doctrina social de la Iglesia Católica. Es decir, el humanismo cristiano, la educación regida bajo rigurosos estándares de calidad a cargo de las comunidades religiosas.

El Partido Liberal y la Constancia histórica de Mariano Ospina Rodríguez

El Partido Liberal fue anticlerical, seguidor del librecambismo y en favor de los artesanos, quienes incluso en un hecho violento en 1849, forzaron la elección de José Hilario López como Presidente de la República, derrotando a Rufino José Cuervo con el voto de Mariano Ospina Rodríguez que dejó esta constancia histórica: “Voto por José Hilario López para que no sea asesinado el congreso”.

Paralelo partidista

Los liberales pugnaban entonces por el gobierno federal frente a un conservatismo unitario y centralista que pretendía la centralización política y la descentralización administrativa… Los godos más cerca de los campesinos, mientras que los liberales más urbanos estaban preferentemente en los obreros. Había partidos, jerarquía, doctrina. Las decisiones que se tomaban dentro de estas organizaciones eran respetadas y acatadas porque interpretaban el sentir del pueblo.

Las divisiones

Divisiones dentro de los partidos las hubo. En el conservatismo, entre históricos y nacionalistas, laureanistas y ospinistas, pastranistas y alvaristas, y en la enseña roja, entre lopistas y santistas, gaitanistas del MRL y el oficialismo.

Conquistas conservadoras

Los conservadores trajeron la misión Kremer, establecieron el banco central del país, crearon la Fuerza Aérea, la Federación de Cafeteros, promulgaron el primer código laboral de Colombia y el de los recursos naturales. Promovieron el SENA, la Caja Agraria al servicio de los campesinos de Colombia. Igualmente, crearon la Fiscalía General de la Nación e incorporaron a la Constitución Nacional el concepto de la planeación, crearon Ecopetrol nacionalizando los hidrocarburos.

Los Liberales y la función social

Los liberales fueron los autores de la Ley 200 de tierras. En la Constitución de 1936 hablaron primero de la función social de la propiedad y del intervencionismo de Estado. Combatieron lo que ellos llamaban el Estado Clerical.

Dejaron huella

Cómo no recordar hacendistas como Esteban Jaramillo, Hernán Jaramillo Ocampo, Hugo Palacios Mejía, Juan Camilo Restrepo Salazar, Roberto Junguito Bonnet Rodrigo Marín Bernal Juan Carlos Echeverry Garzón, quienes sirvieron y de qué manera al país. Lo propio puede decirse de Joaquín Vallejo Arbeláez, Abdón Espinosa Valderrama, Alfonso Palacio Rudas y de tantos otros que desde el liberalismo colombiano fueron propositivos y llenos de realizaciones para el porvenir de la patria. Figuras egregias como Darío Echandía, Alberto Lleras Camargo, Carlos Lleras Restrepo y López Michelsen y Don Fabio Echeverri Correa son ya leyendas que ya a nadie interesan.

Cuando los jefes mandaban

Los jefes mandaban y se les obedecía. Trabajaban por la justicia social, el empleo y el bienestar común. El Partido Liberal fue oposición a la hegemonía conservadora por 45 años de la mano de Rafael Uribe Uribe. Alcanzaron el poder de nuevo en 1930 y el conservatismo pasó a la oposición por 16 años, absteniéndose de participar en varias jornadas electorales. Unos y otros gobernaban y quienes perdían las elecciones luchaban contra el establecimiento con otro programa de gobierno.

El desmadre

Pero llegó el desmadre. La entronización del régimen de las complicidades. Personas de mentes equidistantes, como diría Laureano Gómez, se apoderaron de la enseña azul, de sus sedes, de los recursos que el Estado les proporciona con ambición desmedida de poder, pero no para servir a la sociedad, sino para volverse ricos y asegurar su continuidad en el Congreso de la República.

Los neocomunistas

Por recibir un ministerio y otras canonjías menores, los conservadores de hoy se volvieron neocomunistas, tontos útiles de quienes sí saben para donde van y hacia dónde quieren llevar el país. Es decir, a controlar todos los bienes y servicios y las personas que volviéndose pobres perderán su independencia de pensamiento, dependientes del dador.

El nefasto “fincho”

Al Fincho Cepeda no le importa que tenga vencido el Directorio Nacional su periodo. Pero eso sí, interviene los directorios departamentales, centraliza en Bogotá la inscripción de candidatos para concejos, asambleas, alcaldes y gobernadores. Como la mayoría de los congresistas elegidos en el 2022 son y serán gobiernistas, se aprovechan de esta circunstancia para reclamar su tajada en los cupos indicativos a fin de esparcir dinero a manos llenas, acabando con las organizaciones regionales que por fuera de esta manguala nefanda hacen Partido Conservador de verdad. Así salieron de personajes que les eran incómodos como José Darío Salazar y Ubeimar Delgado.

El entierro de tercera y el manejo turbio

Dejaron sin representación en el Congreso de la República al conservatismo del Valle del Cauca, del Cauca, del Quindío y del Huila. En Caldas, Boyacá y Risaralda a duras penas se eligió bien un representante o un senador de la República… Cepeda y sus amigos, le entregan los contratos a tres supuestos enlaces de los directorios departamentales con el nacional, sin que en las sedes de esos territorios se sepa quiénes son. Auténticas corbatas bien pagas, pero que no trabajan. Hay pues, un manejo turbio de los dineros del Estado que el Tribunal de Ética del Partido Conservador debe investigar. A manera de ejemplo, pongo de presente lo que ha sucedido con el Directorio Conservador del Valle del Cauca, que fue lanzado de su sede de manera abusiva y sin razón por uno de los miembros del Directorio Nacional con el apoyo de la gerencia del Partido para tomar posesión del inmueble. Sobra advertir que la directorista que operó esta maniobra grosera, votó en su municipio por Efraín Cepeda para el Senado de la República.

Carlos Holguin Sardi

No respetaron siquiera lo que representa para el Valle del Cauca y Colombia, un personaje de la talla de Carlos Holguín Sardi, asiduo asistente a las reuniones del Directorio Conservador del Valle que sigue realizando en el territorio comarcano, encuentros temáticos con concejales, diputados y los directorios municipales, sembrando esperanza y recuperando la fe de un pueblo que se siente traicionado.

Los besa manos y las roscas

Hoy, el Partido Conservador y el Partido Liberal se han vuelto una casta de electoreros de pueblo, sin ninguna connotación nacional que abusan de su poder dominante. No se han modernizado, no utilizan como sí lo hace la izquierda, las plataformas tecnológicas para mover sus ideas y emocionar a sus seguidores. Solo nominalmente hay centros de pensamiento de cada colectividad. Les interesa el partido único, o sea el que en regiones y en Colombia se hace alrededor del poder. En la costa, hay que pertenecer para poder salir elegido, a la rosca bien sea de los Char, de los Gnecco, de los Diazgranados. En el Valle del Cauca, por ejemplo, salvo honradas excepciones, hacen cola para besarle las manos a Dilian Francisca Toro, en Caldas a Mario Castaño más conocido como Mario Morcilla”, en Antioquia a un tal truquillo director de la Oficina de Itagüí… Por tanto, hoy no recogen el querer ciudadano sino sus propios intereses.

La pesca milagrosa

Efraín Cepeda se ufana de que hace 31 años está en el congreso. Pero no ha podido pasar de 50.000 votos en el Atlántico. Los demás le llegan en la pesca milagrosa de sus áulicos en las regiones.

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