Gustavo Montes Arias 

Bogotá, 18 septiembre, 2023_RAM_Fernando Botero es el artista plástico colombiano más universal. Así lo dejaron ver distintos personajes de la cultura, críticos y público en general tras conocerse la noticia de su deceso en la mañana del viernes 15 de septiembre de 2023.

Considerado uno de los personajes más importantes del arte y la cultura en Colombia, dedicó su vida a la pintura y la escultura. Llevó a todo el mundo fragmentos de las costumbres del país y el departamento al que siempre profesó un cariño constante.

Lina Botero Zea, su hija, comunicó que durante los últimos días había desarrollado una pulmonía que agravó sus quebrantos de salud. “Se fue en el momento indicado y con mucha tranquilidad”, expresó.

Tras la noticia, no tardaron las manifestaciones de pesar por la muerte del artista. En Medellín, su ciudad natal, las personas se empezaron a acercar a la Plaza de Botero para homenajearlo. La administración declaró 7 días de luto por la pérdida de uno de sus hijos más insignes. El país completo lo lamentó.

Personajes como el artista David Manzur y el periodista Darío Arizmendi resaltaron el carácter permanente de sus creaciones. “La obra del maestro Botero, ahora que él existe para la eternidad, será mucho más valiosa”, dijo Arizmendi.

Medellín, la capital de Antioquia, vio nacer a Fernando Botero Angulo el 19 de abril de 1932. Fue el segundo de tres hermanos y pronto se dio cuenta de que lo suyo eran los trazos de pintura como mecanismo para narrar la vida.

Sin embargo, antes de la pintura le dio una oportunidad a la tauromaquia, por la que siempre sintió un gusto que dejó ver en su obra.

Su formación inicial se dio al estilo de los más autodidactas: viendo a otros en su oficio de pintar, admirando el trabajo de los que ya tenían trayectoria en el asunto y probando para ver qué podía salir de su propia mano.

La primera aparición pública de su obra fue en 1948, en la Exposición de Pintores Antioqueños. Pero ya ofrecía sus cuadros en un local de Medellín en el que se vendían las boletas para entrar a ver las corridas de toros.

El día que vendió su primer cuadro, cuentan quienes conocen a detalles las peripecias de su vida, fue tanta la emoción que de regreso a casa perdió el dinero que había recibido por la obra.

Trabajó en el periódico El Colombiano, también en la capital Antioqueña. Allí se dedicó a la ilustración y la publicación de caricaturas. Sin embargo, el maestro Fernando Botero sabía que lo de él no eran las viñetas, sino las obras en grandes proporciones.

Al terminar sus estudios en el Liceo Antioqueño y con algunos pesos ahorrados, empezó a viajar por el mundo: España, Italia, Francia, Estados Unidos y México. Pero sus viajes siempre tenían un punto de retorno claro: Medellín.

Estudió en la Real Academia de Arte de San Fernando (Madrid, España) y luego en la Academia de San Marcos (Florencia, Italia). Luego de estudiar durante mucho tiempo a los maestros del arte, vio que las formas que pintaban los demás no eran acordes con la obra que él deseaba hacer.

Una gran exposición, realizada en 1962 en el Milwaukee Art Center de Estados Unidos, abrió la puerta a una carrera artística en la que se convirtió en el referente del arte colombiano en el mundo. Sin pensarlo, Botero ayudaba desde entonces a cambiarle la cara al país.

“Puso a Colombia en el arte mundial, fue de la generación que hizo hablar sobre Colombia con relación al arte en Nueva York y París, justo cuando Colombia era otra cosa para el mundo”. Así lo definió Pablo Velásquez Urzola, curador de la Galería Ulpiano Fernández, del Círculo Colombiano de Artistas.

Tras años de trabajo y dedicación (dos virtudes que los amigos del maestro Botero más reconocen en él), alcanzó el punto más alto del arte. Recibió, entre otros, el Premio Príncipe de Asturias a las Artes (2000), el Premio Américas (2002) y el Premio Imperial de Japón (2012).

En una de sus exposiciones en el Palacio de Bellas Artes de México alcanzó la cifra récord de 300 mil visitantes. Y en 2018 una de sus obras fue comprada por el precio de cuatro millones de dólares.

“Ha sido el primer artista colombiano en lograr el reconocimiento internacional”, señaló Gustavo Ortiz, director del Museo de Arte Contemporáneo de Bogotá. Y agregó: “Nos enseñó a descubrir los valores de Colombia”.

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