Un ambicioso plan de recuperación de las vías secundarias y terciarias se adelanta en el Quindío para ser el departamento mejor conectado.
Las obras incluyen conexiones entre municipios, así como del casco urbano de estos a puntos específicos donde la agricultura y el turismo se benefician.
El gran obstáculo ha sido el invierno. Sin embargo, los trabajos continúan.
Al ser un departamento con fuertes raíces en su área rural, la dinámica socioeconómica del Quindío atraviesa del campo a la ciudad, estableciendo un puente entre los lugares de producción y los centros de consumo ubicados en los municipios e incluso por corredores de competitividad hacia las grandes capitales del país y los puertos. Para garantizar la movilidad de los bienes primarios y agroindustriales, uno de los componentes esenciales es la infraestructura vial que permite el transporte de mercancías y la circulación del capital a lo largo de la población, por lo que uno de los proyectos bandera del gobierno de Roberto Jairo Jaramillo Cárdenas fue la reparación y modernización de varias vías secundarias y terciarias que conectan importantes puntos de la geografía departamental.
Es así como se ultiman detalles para entregar a la comunidad la conexión Circasia-Montenegro, que vinculará los destinos turísticos del norte y el occidente y transportará el flujo de visitantes del Eje Cafetero a destinos como el Parque del Café y Panaca; se restaura la vía entre Arrayanal (más conocido como La Posada Alemana) y Salento, siendo este trayecto uno de los más concurridos en puentes festivos y
temporadas altas; se pavimentó el acceso de La India desde Filandia, promoviendo una actividad comercial y turística emergente en el corregimiento; y se reparan los puntos críticos existentes entre Río Verde y Pijao, así como entre Barragán y Génova, para mantener el tránsito en la zona cordillerana.
Pero el desarrollo vial no se limita a estos corredores, sino que también incluyen trabajos de mantenimiento, reforzamiento y ampliación, con acciones que van desde un simple ciclo de rocería hasta la construcción de puentes y muros de contención que evitarán el taponamiento de los carreteables y protegerán la vida e integridad de quienes transiten por allí.
Este ambicioso plan de mejora de las carreteras interdepartamentales o que conectan una localidad con una vía nacional ha recibido una inversión cercana a los 12.900 millones de pesos provenientes de diferentes fuentes de financiamiento, que han sido ejecutados en conjunto por la Empresa de Desarrollo Territorial – Proyecta y la secretaría de Aguas e Infraestructura.
A un lado de la vía entre Pijao y Río Verde, el transportador Arlés Herrera, reconoce que “la vía estaba muy mala, y con lo que han hecho, los muros de contención, unas transversales, ya va quedando buena. El punto más crítico debe ser el de La Quiebra, pero ya le metieron mano y solo falta que le hagan el asfalto”.
Su expectativa es respondida por Luis Abelardo Aguirre, empleado de la obra y habitante del municipio: “Ya van llegando a La Quiebra con la instalación de los filtros; nunca le habían metido filtros a esta carretera, para desviar el agua que se mete debajo del asfalto y es lo que lo termina dañando. Aparte se están fundiendo pilotes para evitar que haya derrumbes; eso nunca lo habían hecho, están quedando a 7 u 8 metros de profundidad. Entonces cuando la gente me pregunta por la demora, hay que explicarles que es algo que se está haciendo bien y que vamos a quedar con vía para rato”.
De esta manera y lidiando con el invierno inclemente que no dejaba avanzar con los trabajos más rápido, el gobierno de Roberto Jairo Jaramillo Cárdenas avanza con los trabajos. “Una apuesta por la dinamización de la economía local, que requiere de todo un entramado de arterias, venas y vasos capilares, para que el ‘Corazón de Colombia’ se mantenga palpitando sano”, reiteró.
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