Es indudable que se percibe una falta de decoro y de responsabilidad en ciertos miembros de la actual clase parlamentaria que los hace partícipes de la grave situación por la que atraviesa el país.
La desidia , la estolidez y el conformismo de un gran porcentaje de la sociedad, son los dos términos de la dramática ecuación en que se resuelve y concreta el futuro de la nación, el uno es condición necesaria del otro y ambos el resultado de la descomposición, la anarquía y desorden institucional.


Recordar que como consecuencia del caos político de la época y ante unas instituciones decadentes e inoperantes, el instinto popular estimuló y precipitó una reforma constitucional, originariamente con poderes limitados , que posteriormente la asamblea nacional constituyente del 91 convirtió en absolutos y soberanos, como la clausura o revocatoria del Congreso de la República , arca de Noé de la clase política, celosamente cerrada y abroquelada contra cualquier intento de renovación o cambio.
Pero pareciera ser, que este antecedente histórico no ha sido tenido en cuenta por nuestros actuales legisladores que en lugar de cumplir con su actividad misional de hacer las leyes de contenido social y de ejercer el control político al ejecutivo actúan más bien como apéndice del gobierno central , olvidando ser los voceros de la representación popular.


La sociedad observa perpleja como el trabajo parlamentario se diluye en escándalos donde aparecen comprometidos altos dignatarios en presuntos hechos de corrupción , como la poca credibilidad ante la opinión pública.
Ha llegado el momento de emprender una campaña de defensa de la democracia, que es inseparable de la defensa del Congreso como órgano básico en el funcionamiento de la democracia política, y para ello se requiere una verdadera voluntad política de adaptarlo a las complejas circunstancias de la vida moderna y se convierta en depositarios de valores esenciales para la vida de la nación entera.


No todo está perdido ni disuelto y somos muchos los colombianos que aspiramos a que se le devuelva la moral
y grandeza política al Congreso colombiano.

ADENDA UNO. El pasado 15 de mayo se celebró el día DEL MAESTRO , donde se rinde homenaje a la ardua labor de todos los docentes de nuestro país, estamento dedicado con abnegación a mejorar el desarrollo de nuestra niñez y juventud para hacerlos ciudadanos de bien.
Esta memorable fecha se remonta al año 1950 en honor de SAN JUAN BAUTISTA DE LA SALLE, sacerdote y pedagogo de origen francés que vivió durante el siglo XVlll, dedicando su vida a la formación de docentes, que pudiesen llevar la educación a los niños huérfanos, pobres y clase necesitada.


Reconocimiento a esa loable tarea, sintiéndonos orgullosos de descender de quienes con altura llevaron el título de educadores.

ADENDA DOS. Carácter, templanza, valor civil y una gran condición humana fueron las características de doña BEATRIZ LONDOÑO OCAMPO, egregia matrona manizaleña que hoy se convierte en peregrina de la eternidad fallecida la semana pasada en su amada Manizales.
Como gobernadora de Caldas en la administración Betancourt demostró sus dotes cívicas, realizando una gestión de gobierno seria, transparente, al servicio de la comunidad, sin protagonismo alguno, enfocando la labor en el saneamiento de las finanzas, colocando la casa en orden para el éxito de las administraciones siguientes.
Se nos están yendo en silencio los grandes valores humanos y a fé que ella los representó con dignidad y decoro.
Al lado de su compañero de vida el abogado humanista GUSTAVO CASTAÑO ABAD ,formaron una extraordinaria familia heredando los valores de sus mayores, para ellos un abrazo de solidaridad.
Paz a su morada.

ADENDA TRES. Preocupante lo de la camarilla que ronda al inquilino de la casa de Nariño que se denuncia por una reconocida columnista de opinión, o en buen romance el conjunto de personas que subrepticiamente influyen en los asuntos del estado, o en las decisiones de alguna autoridad gubernamental.
Se pregunta? En manos de quién estamos.

*Ex magistrado.

Visitas: 18

Por EL EJE