Una congresista integrante del Pacto Histórico viene reviviendo la propuesta de presentar un proyecto de reforma constitucional para establecer la reelección presidencial, idea con la que han marcado distancia de manera tenue el presidente quién sería el favorecido, como algunos miembros de la bancada de gobierno, al considerar que se trataría de una posición individual de la precitada parlamentaria, tema no abordado por la corriente que apoya al jefe del ejecutivo.

Un país con tantos problemas sociales, de orden público, con una polarización que en nada favorece para la buena gobernanza, territorios donde el estado ha sido incapaz de garantizarle la seguridad a sus habitantes, en poder de la insurgencia armada, confinados a su propia suerte, surge ese disparate reeleccionista, más como un distractor frente al actual desorden político administrativo.

Pareciera ser que la fiebre de la reelección se ha convertido en tema favorito de algunos gobiernos absolutistas, eliminando toda cláusula constitucional que la prohíbe, con la excusa que es la de “poder consolidar lo obrado o cosechar lo sembrado“, mayor tiempo para desarrollar las propuestas de campaña.

No sobra decir que por defender una política de continuidad gubernamental, se puede caer en el populismo estatal, de ofrecer, prometer todo, de corrupción estatal, etapa ya vivida en el pasado, cuando se eliminó un “articulito, así llamado por sus promotores, con ministros, directores de organismos de seguridad, compra de votos en el legislativo, muchos de ellos judicializados y condenados.

Abrigamos la esperanza que ese embeleco de la reelección se aleje del panorama nacional, constituye un grave error de la sociedades que la respaldan, es preferible que los presidentes ejerzan su cargo por una sola vez en la vida, se impide el surgimiento de falsos caudillismos, obligando al gobernante de turno hacerlo lo mejor posible porque no tendrá otra oportunidad de corregir sus errores de gobierno.

Ahora bien, conviene recordar que la continuidad que necesitan los pueblos, no es la de las personas, sino la de las instituciones, con serias políticas de estado, hoy por hoy Colombia no resiste, ni soporta, ni le conviene, ni necesita la reelección, por que se estaría detrás de una persona, no de la solidez de unos principios.

Otro peligro que conlleva la figura es la de que se utiliza el poder y la economía del estado para hacer los canjes respectivos, con el fin de obtener lo propuesto, considerando como válidos todos los procedimientos para dicho fin, operaciones no alejadas de la realidad en el momento actual.

Que la senadora de marras dedique su ejercicio en otros temas de mayor beneficio social, como debe ser la actividad parlamentaria.

ADENDA UNO: Se alude a reforma tributaria, ley de financiamiento por parte del gobierno central, temas que deberán ser abordados por el Congreso en la presente legislatura, se pregunta ¿tendrá autoridad moral, política, como administrativa, el actual minhacienda para tramitar esos importantes proyectos gubernamentales, cuando está denunciado, investigado, por su directa vinculación a los graves hechos de corrupción en la UNGRD?

Se contesta: seguirá como si dicho escándalo no fuera con él, su superior lo respaldará, como sucede con una inexperta dama comprometida en actos graves, indelicados, con investigaciones disciplinarias, como penales, con inmenso poder administrativo, que nos hace suponer que estamos gobernados por funcionarios con escaso recorrido en los asuntos del estado.

ADENDA DOS: Endeble la posición del gobierno colombiano en el tema de Venezuela, la propuesta de repetir elecciones no tiene asidero alguno, la razón; ya el pueblo de esa hermana nación se pronunció con una aplastante victoria frente al sátrapa, mediación que más que ayudar a solucionar la crisis, la ahonda favoreciendo la proclive actuación del usurpador.

ADENDA TRES: “confío en que todo el país político va a respetar a la entidad”, primeras declaraciones de la recién nombrada defensora del pueblo.

Ingenuidad, o de dientes para Fuera, al día siguiente de su posesión llegarán las hojas de vida de los (as) recomendadas por la clase política, haciendo valer el voto de apoyo.

Del dicho al hecho, diferencia entre lo que se dice y se hace.

*Ex magistrado

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