El 11 de diciembre de 2024 se estrenó en la plataforma Netflix la serie colombiana más esperada del año: Cien años de soledad, basada en la novela de Gabriel García Márquez y dirigida por Alex García López y Laura Mora. Esta primera temporada, que está compuesta por 8 capítulos, narra la vida de la familia Buendía en un pueblo llamado Macondo.
Para nuestra suerte, la uniquindiana Yeraldin Loaiza Ocampo, egresada del programa de Comunicación Social – Periodismo en 2019, hizo parte de la serie en mención y, en entrevista con nuestra alma mater, nos contó sobre su experiencia, los desafíos y emociones más fuertes de esta producción cinematográfica que hace parte de nuestra esencia.
¿Cuál ha sido hasta ahora tu participación en la serie Cien años de soledad?
Hago parte del departamento de Arte, exactamente en el área de utilería o props. Allí nos encargamos de todos los elementos que los actores tengan que tocar y manipular en escena, entonces todo lo que tiene que ver con comida, armas, herramientas, etc., lo adecuamos nosotros.
Háblanos de cómo fue el proceso para llegar a la serie
Llegué a Bogotá hace seis años, exactamente a RCN, a hacer mi pasantía en la novela La verdad oculta. Allí hice muchos contactos y así me fui enganchando, me fueron llamando para proyectos y afortunadamente me ha ido muy bien. Entonces estábamos en RTVC haciendo una serie de títeres para niños y recibí una llamada de uno de los jefes con los que trabajé y me dijo: estamos buscando personas para el equipo de utilería, pensamos en ti, ¿quieres hacer parte? Y pues obviamente para todas las personas que trabajamos en este medio el proyecto de Cien años de soledad era demasiado llamativo, y sin pensarlo dije que sí.
Loaiza Ocampo contó que tuvieron una preparación intensa de tres meses en la que estuvieron alistando y haciendo muchos props, pues es un proyecto demasiado grande en el que habían más de 400 extras y alrededor de 25 personajes principales, y en escenas como la de la guerra, el trabajo era bastante grande.
Cuéntanos los desafíos más grandes que tuviste con esta serie y contigo misma
Esta serie es la más grande en la que he tenido el placer de trabajar. Éramos un equipo demasiado grande, teníamos tres camiones donde guardábamos toda la utilería de personajes principales y extras; estuvimos en condiciones un poco rudas, la locación fue en La Guajira con un sol tremendo. Tuvimos que hacer muchos horarios nocturnos en los que teníamos llamados mixtos entrando a las 6 p.m. hasta las 6 a.m. Siento que todo este proyecto fue un reto impresionante, tanto de trabajo como conmigo misma, porque conocí personas increíbles, súper profesionales de las que aprendí demasiado.
Otro de los desafíos más grandes para Loaiza Ocampo fue tener la historia completamente clara en la cabeza, saber diferenciar entre todos los José Arcadios, Úrsulas, etc., lo que implicaba un trabajo demasiado arduo de lectura y desglose. Además, comentó, el no estar en casa también fue un reto, pues tenían que viajar por tiempos muy largos tanto en La Guajira como en Ibagué.
¿Cómo describes tus emociones y sensaciones al ver hecha una realidad la serie?
Cuando supimos la fecha del estreno fue impresionante, todos nos hablábamos y decíamos ¡por fin llegó la hora! Este proyecto estuvo cargado de emociones, así como hubo momentos de felicidad y tranquilidad, también sentimos frustración de tanto trabajo, cansancio y llanto. No se imaginan los actores tan increíbles, había escenas muy específicas donde te tocaban las fibras y tú estabas detrás de cámaras viendo los monitores y la escena y llorabas porque era impresionante.
Para Loaiza Ocampo es maravilloso que este tipo de producciones se hagan en Colombia: Macondo es todo un pueblo, y ver el trabajo de todo el equipo de Arte reflejado ahí fue maravilloso. Es una serie de época en la que cualquier detalle es importante, no se te puede pasar nada y pues apenas vimos el lanzamiento lo único que pude hacer fue llorar de la emoción y de la alegría de saber que hice parte de este proyecto que no es solo para Colombia, sino para el mundo.
Por: Nathalia Baena Giraldo, periodista Medios Institucionales.
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