Cristianos, católicos, anglicanos, musulmanes, religiosos, todos oraron en Semana Santa. Hubo iglesias, mezquitas, cultos llenos de personas que oraban, rezaban, cantaban, entonaban plegarias, sentían la voz de Dios, el abrazo de Jesucristo, el amor del Espíritu Santo, el saludo de Jehová.
Papa, Obispos, sacerdotes, pastores, ujieres, amigos, enemigos, todos hablaban de reconciliación, paz, amor, abrazos, sentimientos. Una Semana Santa para meditar.
Padres, hijos, familiares empacaban maletas para alejarse del bullicio de la Semana Santa. La Costa, el eje cafetero, Panaca, el Parque del Café, las fincas eran los lugares predilectos y elegidos para la Semana Santa. Descanso.
Hoy, leo los periódicos, escucho la radio y veo en televisión las mismas noticias, las cuales no son tan malas, sino pésimas. Nada cambió. Ni las reuniones en iglesias, mezquitas y cultos. Ni el Papa, los Obispos, sacerdotes, pastores, ujieres, amigos o enemigos lograron cambiar nada. Las reflexiones, Siete Palabras, oraciones quedaron reducidas a nada.
Un país con un alto porcentaje de católicos, con cristianos que se reúnen a orar y cantar casi a diario, sigo sin entender por qué nada cambia.
Bombas, asesinatos, secuestros, violaciones, atracos, maltrato intrafamiliar. Todo sigue igual. Niños violentados, niñas prostituidas. Nada cambió.
Hoy, creo que no hubo Semana Santa. Algunos consideraron que orando uno o dos días, iban a redimirse para siempre, pero se equivocaron. No lograron cambiar absolutamente nada.
La Semana Santa acaba de terminar, pero la pasión continúa en mi bello país. El tiempo pasa y no sucede nada.
Muchos estuvieron en procesiones, cultos, iglesias y al salir de allí, no cambiaron mucho. Se quedaron iguales. Fue un momento de reflexión y luego el mundo siguió girando sin problema.
Pero, volvamos a la realidad. Mientras no haya verdadera sinceridad, compromiso y deseo de cambio, nada nuevo ocurrirá. Seguiremos siendo los mismos.
Hoy, leo los periódicos, escucho la radio y veo en televisión las mismas noticias, las cuales no son tan malas, sino pésimas. Nada cambió.
“La violencia es el miedo a los ideales de los demás”. Mahatma Gandhi (1869-1948) Político y pensador indio.
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