Desde el mismo momento en que las autoridades se dieron cuenta que se repetiría el cotejo en el estadio Centenario empezaron amontar el operativo para dicho certamen.
Las mismas con los mismos y en las mismas condiciones, lo que significa que se reúnen policía, secretario de gobierno, Omger, bomberos, defensoría del pueblo, personería, representante de los medios, representante de las barras y todo listo para vivir la fiesta futbolera en paz.
Pero solo esperan terminar la famosa reunión para darse uno cuenta que en los puentes de la 26, en los naranjos, en la plazoleta de casa blanca, que en las entradas a la ciudad, alrededor del estadio ya están listas las barras para agarrarse a machete, palo, puñalada y bala; entonces para qué tanta lora con aquello de la reunión de seguridad?
Lo más curioso de todo es que por ejemplo para los aficionados de Armenia y especialmente los de la tribuna norte donde convergen los hinchas del Deportes Quindío de Artillería Verde Sur, empieza un calvario de nunca acabar: Abren una sola puerta, la requisa es minuciosa hasta tal punto que literalmente desnudan la gente antes de ingresar al escenario y esto se vuelve tan dispendioso que como en el partido anterior transcurría el minuto 10 de la etapa complementaria y todavía había gente esperando entrar; entre tanto en la tribuna sur, los visitantes podían gozar de su partido cómodamente sin problemas.
Entran todo por las rejas
Desde que se ha organizado en el Centenario eventos de la magnitud de un mundial de fútbol, Copa América, suramericanos y Juegos Bolivarianos entre otros, se instalaron una cantidad de cámaras que las quisieran tener en los mejores estadios del mundo, pero para qué? Todos saben que por las rejas pasan las armas, la droga y lo que quieren, mientras los policías sudan la gota amarga requisando los que ya han logrado entrar reciben cuanto elemento prohibido está y nadie dice esta boca es mía, mejor dicho pueden traer la interpol, la CIA, la Gestapo, el FBI, los boinas verdes, el Gaula, la PTJ, o los innumerables escoltas de Uribe y no son capaces de controlar el asunto.
Pero otra cosa es lo que sucede en las afueras del estadio antes y después de los partidos enfrentamientos entre las barras, circula por todo lado el machete, la navaja, el cuchillo, las puntas, los destornilladores, armas de fuego artesanales, pólvora, atracos, robos, irrespeto y mejor dicho uno no quisiera que estos partidos los programaran en nuestra bella ciudad.
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