• Hace tres años, el Festival Cuyabrito de Oro se fue para Montenegro y aquí nadie dijo nada. El evento en la capital quindiana llevaba diez años consecutivos, lo que ayudaba al aporte del turismo cultural y, lo más importante, a la sensibilidad musical de los infantes.
  • Este año, y por falta de recursos, no se realizó el III Festival Nacional Estudiantil de duetos Alfonso Osorio Carvajal,  y aquí nadie dijo nada.
  • Después de 17 años, la Escuela Gráfica Taller Dos, con sede  en Calarcá, cerró las puertas y nadie dijo nada. Esta, la única escuela de caricatura de Colombia, hizo un importante aporte a la formación artística del departamento, pero ante el poco apoyo, Mario García, su director, dijo: ‘No doy más’. Hoy tiene en venta su casa y se quiere radicar en otro sitio diferente a Calarcá y el Quindío.
  • Importante reconocimiento, y con los más altos elogios, en el pasado mes de agosto fue recibido Deiner Sergio Hurtado en España, catalogado como un músico de los más altos pergaminos, allí, en la península ibérica, donde son conocedores de la música, su trabajo se tuvo en cuenta; desafortunadamente, en el Quindío nadie le dijo ni le dirá nada.
  • Frente a la apatía de ente estatal, pero como un enamorado de la historia, Luis Fernando Londoño se ha echado al hombro El Museo Audiovisual del Quindío, porque es un convencido de que la historia debemos conocerla, especialmente, las nuevas generaciones. Es así que, con recursos propios, ha logrado sostener este espacio cultural.
  • Personajes que ayer fueron protagonistas culturales en el departamento y que entregaron toda su vida a diversas manifestaciones de la cultura, hoy son completamente abandonados: llámese los escritores Margel Londoño, Juan Restrepo, Jesús Arango Cano. A estas altura de la vida, ellos no requieren de homenajes por el estilo, pero sí, una visita para ellos puede ser un buen reconocimiento.
  • Al pionero del barranquismo en Colombia, Efrén Fernández, y al artista de música popular, Orlando Flores, los aquejan fuertes quebrantos de salud. Desafortunadamente, con ellos tampoco pasa nada.
  • Como si estuvieran vetados, los escritores y los músicos no pueden participar en convocatorias a proyectos culturales porque se trata de personas naturales. En otras palabras, para presentar un proyecto deben estar constituidos en una Ong. También, por ellos, nadie dice ni pasa nada.

Visitas: 0

Por EL EJE