Por: Manuel Gómez Sabogal
No se parecen, pero los dos son geniales. El cuyabrito es un evento con niños interpretando música colombiana. Un trabajo de 13 años con resultados maravillosos. Una labor que día a día crece y muestra que vale la pena creer en los niños. Un sentimiento que se hace música y que acrecienta el amor de los niños por la música colombiana.
El cuyabrito llega a su aniversario 13, gracias a la continuidad, el deseo de mostrar que los niños sí pueden mostrar de qué son capaces cuando de interpretar notas musicales colombianas se trata.
No podemos dejar pasar por alto lo que ha venido sucediendo en nuestro país. Cada día sabemos de intentos o suicidios de estudiantes de colegios o niños. Se habla de estudios, análisis, porcentajes, pero no de soluciones internas como arte, pintura, escultura, talleres culturales, cafés literarios, música.
Por eso, valoro esa labor simple, sencilla, interesante de El cuyabrito de oro.
La Voz Kids ha logrado que la familia se reúna a escuchar las canciones de los niños. Aunque, a veces, me desespera ver niños interpretando canciones de mayores. Ahí estoy de acuerdo con Florence Thomas en “el sentido de que el programa convierte a los inscritos en adultos precoces y que los somete a “a una presión indebida y a un aprestamiento forzado al espíritu de competencia propio de una sociedad capitalista y mediática”. Pide entonces dejar a los niños crecer tranquilamente, lejos de estas manipulaciones comerciales”.
En muchos casos, se unen los padres, las familias. No creo que estén manipulando a sus hijos o nietos. Creo que encontraron en la música un valor espectacular para que sigan por caminos que conduzcan a una juventud diferente.
El arte, la pintura, la fotografía, la música, la poesía deben ser prioritarias en las vidas de niños y jóvenes, pero no para atosigarlos y ponerles “trabajo” todo el día, sino para que disfruten su niñez y juventud como aliciente de vida.
Si los niños en el Cuyabrito sienten la música colombiana, los niños en La voz kids están mostrando sus aptitudes y entregándole al país una muestra de que la música une y reúne.
¿En cuántas personas renace la ternura que habían olvidado o dejado de lado al ver La voz kids? ¿Cuántos llegan a sus casas, desesperados porque quieren sentarse con sus hijos a ver dicho programa?
Sé que ha habido comentarios negativos, matoneo, en redes sociales, pero debemos cambiar esa mentalidad de algunos, que no son muchos, interesados en mostrar lo que nunca fueron capaces de hacer ver
¿Cuántas personas van a Montenegro a ver los niños participantes en el Cuyabrito de Oro? Qué bueno seguir implementando y apoyando esta clase de eventos y programas. Porque los niños tienen deseos de que vean de qué son capaces. Los niños son un presente que debemos apoyar hoy y siempre. Éxitos al Cuyabrito de Oro y sigamos apoyando ideas que crean en niños y jóvenes colombianos.
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