Subestacion-copiaDurante 21 horas usuarios de la Central Hidroeléctrica de Caldas, CHEC, estuvieron sin el servicio de energía el pasado fin de semana en Santágueda, lo que ocasionó enormes traumatismos y pérdidas a los visitantes y habitantes del llamado polo turístico de Caldas.

La salida del sistema de una cañuela por un fusible que falló, fue la causa comprobada del prolongado apagón que dejó sorprendidos a los usuarios porque se registró cuando en la zona no había sobrecargas, ni tormentas.

Y lo más extraño fue que el primer reclamo de los muchos que se hicieron desde celulares y teléfonos fijos, quedaron registrados a partir de las 6.51 pm del sábado en el centro de llamadas (call center) que tiene Chec-EPM en Medellín. Es decir, un grupo de telefonistas está  a cargo del servicio al cliente para tratar de responder a los usuarios acerca de algún evento como el ocurrido en zona rural de Palestina, Caldas.

Pasaron los minutos y las horas y la CHEC no respondió con sus técnicos para recuperar el servicio de energía  que a propósito pagan los clientes a un altísimo costo en el sector rural bajo el estrato seis. Solo hasta el domingo a las 2.58 pm un conductor y dos operarios aparecieron para resolver en un minuto el problema.

Preguntado el jefe de la cuadrilla de Santágueda por la demora, se limitó a responder que en ningún momento le reportaron la novedad y solo supo del intempestivo corte cuando uno de los usuarios se lo comunicó a la 1.38 pm del domingo después de hacerse a su número de celular con el apoyo de la administración de la Fonda La Rochela.

Conclusión, la CHEC tiene en la capital antioqueña la recepción de los reportes de novedades y en cada llamada piden direcciones, números de códigos y literalmente “le maman gallo a la gente”.

Lo que antes tenía con dos líneas telefónicas en La Suiza-Manizales con funcionarios llenos de conocimientos,  lo trasladó a Medellín para causar más molestias a los caldenses. Olvidan que Manizales es fuerte en “call center” y podrían compensar con empleos lo que se ha perdido desde que EPM asumió el control económico.

Ojalá la gerencia local a cargo del dinámico ingeniero John Jairo Granada adopte los mecanismos adecuados para evitar este tipo de inconvenientes como el de un apagón de 21 horas que tuvo reparación en un minuto, lo que pudo evitarse con una buena y oportuna comunicación así hubiera sido desde Medellín donde siempre respondieron con mentiras.

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Por EL EJE