La tauromaquia es tan antigua como la colonia. Registros históricos indican que la evolución de la fiesta brava, no es menos que el tiempo que se tomó el barroco, o el arte mudejar que se apoderó trece siglos a la España tagarina,
más que el modernismo que cruzó europa hasta llegar a tierras americanas. El arte de cúchares nada tiene de menos, que la importancia de la cultura latina entre los hispano parlantes, a través de siglos incrustada en el quehacer de la vida cotidiana de los amantes del devenir de su historiografía y sus expresiones.
Las discusiones surgidas a partir de movimientos ambientalistas que enarbolan la defensa de la naturaleza en todos sus matices, tocan la fiesta brava, queriendo aniquilar con una daga, lo que ha sido siglos de una tradición cultural de una parte de la sociedad. Y es que el debate se centra en la tortura y muerte del burel. Los puristas taurinos consideran como el “momento o la suerte suprema de la lidia” al cual no le dan un atisbo de transacción, pues sin la muerte que es su ritual, es como asistir a un encuentro de melómanos sin escuchar la música, y para los animalistas, quienes les aterra la bestia doblada en la arena frente a una multitud embriagada por la cantidad de sangre derramada desde sus entrañas y recibiendo la mayor humillación a un ser vivo y sintiente (derecho ya adquirido).
Tanto los unos como los otros defienden posturas en apariencia irreconciliables. Partamos de la lucha que libran tanto los defensores del bruto como los admiradores del traje de luces!! El primero protector del vacuno contra la tortura, la crueldad y la muerte, y los segundos, como sus prohijadores, el toro de lidia fue preparado desde tiempos inmemoriales para cruzar la puerta de querencias, y que sirva al espectáculo y a su muerte en el que el protagonista luzca sus prominentes trajes de luces para exponerse a la embestida. Enfrentamiento desigual de la inteligencia: El resultado de la ecuación es la razón de ser del triunfo de las neuronas que calculan la muerte sobre el Brutus, pues este no la lleva intencionada o calculada, solo la provoca por accidente o por error del mismo cálculo. La bestia no mata por placer, como si lo hace su contrincante, mal llamado enemigo. La polarización política que se entronizó en toda la sociedad, también hace parte de la disputa en comento, llevada a la guerra mediática, cultural, humanistica, pasional y rompiendo valores como el respeto, la paz, la conciliación y la concordia, pocos, muy pocos admiten la tolerancia que son los integerrimos. No hay verdades absolutas, existe solo la defensa de intereses.
Los antagonismos admiten puntos de encuentro, si la voluntad y raciocinio lo permiten. Con la ley antitaurina que avanza en alto porcentaje en el congreso de la republica, a la que le falta aún un trecho amplio por recorrer, que continúa con la conciliación en el senado, sanción presidencial, posteriormente con el estudio de exequibilidad constitucional que consiste en la homologación que el alto tribunal, que determine en aspectos formales y sustanciales de la ley, así que nada hay definido. La actual norma que rige la fiesta brava en Colombia (ley 916 de 2004) desarrolló una jurisprudencia, que me parece oportuno reproducir el siguiente segmento:..” Nota: Declarado EXEQUIBLE de manera condicionada mediante Sentencia de la Corte Constitucional C-666 de fecha agosto 30 de 2010, en el entendido:1) Que la excepción allí planteada permite, hasta determinación legislativa en contrario, si ello llegare a ocurrir, la práctica de las actividades de entretenimiento y de expresión cultural con animales allí contenidas, *siempre y cuando se entienda que estos deben, en todo caso, recibir protección especial contra el sufrimiento y el dolor durante el transcurso de esas actividades . (negrilla mia) en particular, la excepción del artículo 7 de la ley 84 de 1989 que permite la continuación de expresiones humanas culturales y de entretenimiento con animales, siempre y cuando se eliminen o morigeren en el futuro las conductas especialmente crueles contra ellos en un proceso de adecuación entre expresiones culturales y deberes de protección a la fauna. (Negrilla mia)…” Bajo esas consideraciones, es muy posible que la CN, siente los mismos precedentes o similares, para preservar la tauromaquia. Como se trata de asuntos nuevos que promueven la desaparición de las corridas, una posición jurisprudencial podría avanzar en una tesis ecléptica: Preservar la fiesta brava, conservando el respeto por la tradición, la cultura, el arte y transversalmente la empresa, el derecho al trabajo, y los principios democráticos, pero al mismo tiempo la defensa y respeto de la vida y la integridad de los animales, admitiendo avances científicos como la utilización de medios que sustituyan o simulen la muerte del animal tales como somníferos, adormecedores o anestésicos, y almohadillas (incluidas en la sentencia citada, y que nunca se cumplió salvo algunas excepciones), que sustituyan la crueldad con los chuzones que producen los palitroques y las picas, y que estos y estas sean superficiales que no afecten la médula espinal. Con ello estaríamos salvando 400 años en los que se ha construido todo un universo de arte, cultura, pasión y maneras de vivir. Al mismo tiempo, los derechos de seres vivos, amparados por otros seres vivos que luchan por proteger el cornudo de la tortura y de la muerte!!. Nota final: los taurinos puros defienden sus posturas, asegurando que el toro de lidia fue hecho para morir en el ruedo. Esas invenciones mundanas fue producto de un engendro más pasional que real. La muerte provocada a los animales por placer cualquiera que sean sus formas, no es cultura ni arte. Ojalá prospere una tesis jurisprudencial que una las dos corrientes en apariencia irreconciliables, en una sociedad que profundiza la polarización y carece del diálogo social que construya consensos. Es la única salvación de la convivencia, la tolerancia y la armonía, contra la violencia y los egoísmos.
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