Por: Andres F Zapata
Luego de las fuertes tormentas, los arboles más frondosos y viejos y las palmeras más grandes tienden a quedar debilitados, corriendo el riesgo de que colapsen provocando posibles accidentes.
Es lamentable tener que recurrir a la tala de estos, pero cuando de prevenir desastres se trata es preferible hacerlo, ya que son varias las calles, casas, edificaciones o incluso transeúntes que corren el riesgo de ser afectados o lastimados en caso tal de que una rama de estas se caiga.
Ojalá entonces que las entidades responsables se hagan cargo de recorrer la ciudad en busca de aquellos árboles que pasan por este problema para solucionarlo y así evitar posibles y futuros accidentes.
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