Por: Manuel Gómez Sabogal
Unos barones electorales vinieron, vieron y vencieron. Se llevaron los votos que requerían los quindianos que sí debieron ser elegidos. Pero, así somos.
El deportes Quindío es nuestro, pero cuando juega contra el Atlético Nacional, las camisetas en el estadio son verdolagas. Y cuando juega contra el América, son rojas. Y si juega contra Millonarios, se ve el estadio azul. Es decir, todo lo regalamos.
Nuestra identidad sigue en cero. No tenemos opción de nada, porque peleamos y luchamos contra los nuestros. No aceptamos que nuestros quindianos lleguen al Senado, porque preferimos a los que vienen y los reciben con todas las caravanas que se requieran para mostrarles que aquí se quieren mucho y se respaldan sus ideas, aunque no se las conozcan.
Roberto Jairo y José Norbey no tienen la culpa. Todos somos culpables. No creemos en los nuestros ni en lo nuestro. Así somos.
¿Cuántos votos se llevaron los barones electorales de otras regiones? Y ahora, felices y contentos se sentarán de nuevo a legislar y del Quindío, ni remota idea.
¿Por qué tenemos que creer en los demás y no en los nuestros? Sumemos los votos regalados y nos daremos cuenta cuántos votos se botaron al cesto por no saber elegir, por no querer que un candidato quindiano sea directamente Senador.
Seguimos perdiendo terreno a nivel nacional. Afortunadamente, quedan tres representantes a la Cámara que, ojalá, se unan por primera vez para hacer algo por esta región.
Que no lleguen a la Cámara y sean silenciosos, apagados, sin opción. Que sean dinámicos, pujantes, luchadores y que sintamos que sí luchan por el Quindío.
¿Hasta cuándo? Así somos. Esperemos otros años para ver si tenemos al menos un líder que aparezca y nos muestre un camino hacia la identidad quindiana, porque hoy, si seguimos así, regalando todo, nos quedaremos siempre con las manos vacías.
Ahora, los senadores elegidos por votos quindianos, deben sentirse más que satisfechos con la gente de esta tierra. Ya saben que cada que vienen, triunfan sin hacer mucho esfuerzo. Aquí logran lo que en otras partes no.
Ojalá haya jóvenes que se interesen en cambiar esta situación política en nuestra tierra. Ojalá haya líderes que quieran luchar para que nuestra región vuelva a tener un Senador. Mientras tanto, esperemos y sigamos sumando los votos que se llevaron los triunfantes barones que saben cómo se hace…
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