Guillermo García Ocampo, nombre de pila de este artista, nació un 20 de febrero.
Con tan sólo ocho años de edad, en los colegios en donde cursaba estudios primarios, siempre era invitado por sus profesores para cantar en todos los actos culturales.
En una de dichas presentaciones, al ser visto por su padre, Alberto García Delgado, éste lo motivó a estudiar teoría de la música, solfeo y guitarra clásica en el conservatorio Pedro Morales Pino de su natal Cartago (Valle del Cauca), Colombia.
A sus 10 años comenzó a formar parte del club juvenil Radio Cartago, transmitido todos los sábados por la emisora, en donde tuvieron lugar sus primeras apariciones como solista.
1966 fue el año de pleno auge del programa de televisión ‘El club del clan’, dirigido por Guillermo Hinestroza, que ya contaba con figuras consagradas como Claudia de Colombia, Vicky, Mariluz, Beto Adrián, y muchos otros.
Alfonso Lizarazo, por su parte, ya había consagrado en su programa ‘Estudio 15’ a estrellas de la talla de Harold, Óscar Golden, Lyda Zamora, y agrupaciones pioneras del rock nacional como Los Flippers, Los Yetis, Los Ampex y Los Speakers, entre tantos otros.
Esta avalancha de talentos, sumada al éxito de artistas internacionales como Leo Dan, Enrique Guzmán, César Costa, Palito Ortega, Los Beatles y Elvis Presley, incentivó al protagonista de esta historia para que en uno de sus viajes de vacaciones (con el propósito de visitar a su madre y hermanos, que vivían en la capital), se acercara a los estudios de televisión en San Diego para conocer a sus ídolos y ver el proceso de elaboración de un programa de televisión.
No tuvo entrada
En una de estas visitas a las oficinas de Televisión Limitada, apesadumbrado después de recibir por parte de la bella encargada de la taquilla, la noticia de que las boletas gratuitas de entrada al ‘Club del clan’ ya se habían agotado, se quedó con su guitarra a la espera de tropezarse con el director del programa a la salida, pues había oído que él estaba allí, en un ensayo.
Al verlo, sin mediar palabra, este pequeño soñador impertinente, comenzó a cantarle ‘Lupe’. Hinestroza, sorprendido y tras las súplicas del joven aspirante, accedió a vincularlo al elenco, en la decorosa condición de integrante del coro de inicio y despedida del show, no sin antes imponerle un bautizo forzoso con el nombre artístico de Billy, del que él aún sigue descontento, pues nunca estuvo de acuerdo, según su palabras “con esos nombrecillos en inglés” con que habitualmente se daban a conocer al público los nuevos talentos de la época.
En vista de que no sucedía nada con las esporádicas apariciones que se le asignaban en el espacio de Hinestroza, por recomendación de Beto Adrián, director artístico del Clan, a Jaime Arturo Guerra Madrigal, gerente de Discos Orbe, Billy consiguió el tan anhelado sueño de grabar su primer disco, en marzo de 1968. Hoy, a la vuelta de 40 años Billy sigue sonrojándose al oír la grabación, de la que aún se siente avergonzado, por la baja calidad de su voz adolescente.
Fue un disco compacto (nombre que por entonces se daba a ese tipo de grabaciones) de cuatro canciones agrupadas bajo el no muy afortunado título de ‘Romántico, hippie y sicodélico’, con la participación de músicos reputados de la llamada ‘nueva ola’ como Yamel Uribe (bajo), Edgar Dueñas (batería) y Luis Dueñas (teclados y arreglos). “Es poco lo que hemos avanzado en la forma de llamar las cosas, pues a una grabación de tan baja calidad sonora entonces se le decía ‘disco compacto’, y ahora a una producción digital de alta tecnología se le llama ‘compact disc”, que es lo mismo”, comenta Billy.
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