Por: Andrés F. Zapata
Indispensables reductores de velocidad
Como siempre lo hemos hecho en esta sección, la idea es difundir ciertos temas que a modo de denuncia social, afectan a la ciudadanía en general. El tema por ejemplo de los cruces o intersecciones viales nos parece de suma importancia, pues tanto conductores como peatones deben tener las condiciones ideales para transitar con mínimos riesgos de accidentes, tema que a diario se presenta en las calles de Armenia.
Un punto que ha tomado importancia por el peligro creciente, es el retorno hacia la zona urbana de la capital quindiana ubicado una cuadra más arriba de la bomba de gasolina de Oro Negro.
Allí, los residentes de edificios y conjuntos de la zona, indican que es indispensable que metros más arriba se adecuen señales o elementos de tránsito que obligue a los conductores reducir la velocidad con la que vienen, puesto que el riesgo de accidentes es inminente y necesita ser controlado.
Así como se atienden sectores en el interior de la ciudad, también es necesario que las afueras sean tenidas en cuenta para soluciones pertinentes.
Suciedad sin control
Asqueroso y vergonzoso. Tal vez son los mejores y más puntuales calificativos para describir lo que se ve en la capital quindiana en materia de suciedad en sus calles.
Lastimosamente el tema de la limpieza y pedagogía social al respecto, le quedó grande a la administración municipal y secretarías encargadas, quienes tibiamente han llevado a cabo algunas campañas educativas que poco o nada ha tenido de resultado.
Es una pena que calles y sectores de masivo tránsito tanto vehicular como peatonal, luzca desagradable y abandonado, con desechos de todo tipo y animales carroñeros y roedores que proliferan y desencadenan más problemas.
Medidas radicales y efectivas son necesarias por parte de las autoridades para al menos lograr una reducción notoria del problema.
Predicando y aplicando
Varias personas, lectores de nuestro periódico y residentes aledaños a la carrera 13, zona centro de la capital quindiana, nos reportaron que durante días pasados, las luces, pertenecientes al alumbrado público de este sector, permanecieron encendidas día y noche.
Resulta paradójico que mientras desde las entidades responsables se inculque la pedagogía del ahorro en el consumo de energía, estas mismas no lo llevan a cabo con acciones como esta, en donde de una u otra forma los mayores perjudicados siempre terminan siendo los ciudadanos.
Es pertinente que acciones como estas se eviten a toda costa. No se puede permitir que las entidades públicas den este mal ejemplo a los ciudadanos, que difícilmente toman nota de lo debidamente correcto a la hora de ahorrar, o cuidar el consumo de los recursos.
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