En operación Troya caen más de 30 delincuentes
En los municipios de Armenia, Circasia, Montenegro y Quimbaya en el Quindío y en los departamentos de Antioquia, Cauca y Valle del Cauca, personal adscrito a la SIJIN y en coordinación de la Fiscalía General de la Nación, llevaron a cabo y con todo éxito la operación Troya, que dio como resultado la aprehensión de más de 30 delincuentes que se dedicaban a diversas practicas criminales en los sectores mencionados.
Esta operación, que inició hace 14 meses, tuvo la eficacia de reunir las pruebas necesarias y el material probatorio para lograr que se emanaran 20 órdenes de allanamientos y 43 de captura, lo que permitió a los uniformados dar con el paradero de los criminales, quienes se les acusa de distintos delitos, dentro de los que se destacan los de homicidio, utilización de menores para cometer ilícitos, destinación ilícita de bienes muebles e inmuebles, concierto para delinquir, tráfico, fabricación o porte de armas de fuego y municiones y tráfico, fabricación o porte de estupefacientes.
La actividad principal de los delincuentes radicaba en todo lo relacionado con el microtrafico, incluso su producción y comercialización, puesto que algunos de sus integrantes elaboraban las sustancias en otros departamentos y tenían en el Quindío y en Antioquia sus centros de procesamiento, dosificación y posterior comercialización.
Los homicidios comprobados son ocasionados con el objetivo de “eliminar” a quienes ellos consideraban una amenaza, se negaban a trabajar con ellos o se entrometían en sus negocios.
Al parecer los capturados tienen relación directa con los cabecillas del “Clan Los Úsuga” o “Los Urabeños”.
A la fecha, dos menores quemados con pólvora
Lamentablemente estos casos no dejan de presentarse y hoy, sin haber comenzado el mes de diciembre se han registrado ya dos menores de edad quemados por la manipulación indebida de objetos pirotécnicos.
Esta vez el hecho se presentó en el barrio Las Colinas en el sur de Armenia, en donde un joven de 14 años resultó herido en una de sus manos al explotársele una papeleta.
Pese a las labores de las autoridades por contrarrestar esta situación y evitar la comercialización de estos elementos, la responsabilidad también debe caer sobre los padres de familia, quienes deben ser los primeros en controlar las acciones de sus hijos.
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