Esta idea, que fue presentada por la representante a la Cámara, Katherine Miranda, quedó incluida en el texto avalado por el Congreso.
Así las cosas, las iglesias y cultos deberán pagar impuestos por los ingresos que reciban de actividades comercialesque realicen.
De igual forma, el articulado deja claro que no se gravarán recursos que reciban las iglesias, cultos o ritos que estén asociados al oficio religioso.
Lo anterior también aplicaría a “prácticas que promuevan el apego de sentimientos religiosos en el cuerpo socialo actividades de educación o beneficencia realizadas bajo la misma persona jurídica”.
Allí se incluyen temas como cría de ganado bufalino y bovino, construcción de obras de ingeniería civil, transporte de carga y telecomunicaciónsatelital.
También hay actividades inmobiliarias, de limpieza de edificios e instalaciones industriales, hospitales con internación e, incluso, actividades jurídicas.
En plata blanca, las iglesias y cultos tienen negocios en barberías o peluquerías, cafeterías, centros vacacionales, hoteles, comercios, parqueaderos, libreríasy estaciones de radio y canales de televisión.
Así lo confirman las respuestas entregadas por la Dirección de Impuestos y Aduanas Nacionales (DIAN) a la representante Katherine Miranda.
Estos negocios serían, justamente, por los que las entidades religiosas pagarían impuesto de renta con una tarifa menor a la general.
Ingresos y patrimonio
Además, según la entidad tributaria, las iglesias y cultos tuvieron ingresos brutos de $ 4,1 billones en 2020 y un patrimonio bruto de $ 12,5 billones.
A lo anterior se sumó el hecho de que, en Colombia, cada vez hay más entidades de este tipo.
Según la DIAN, mientras en 2019 había 8.619 declarantes, en 2020 esa cifra aumentó a 9.099, es decir, se crearon 1,5 iglesias por día entre un año y otro.
Allí están sindicatos, fondos mutuos de inversión, agremiaciones y partidos políticosque tienen actividades comerciales diferentes a su oficio principal.