Lamentable como desconcertante resultó la fallida reforma política presentada por el ejecutivo defendida por sus alfiles en los diferentes debates parlamentarios, con estratagemas de último momento en la comisión primera del Senado para evitar su archivo por parte del malabarista presidente del Congreso, fueron insuficientes para evitar su derrota legislativa, en un texto de beneficios para la clase política, como la puerta giratoria, ser miembro del ejecutivo y regresar a la curul, visto bueno al transfuguismo, prioridad a los actuales parlamentarios para ser ubicados en las próximas listas al Congreso de acuerdo a los renglones que actualmente se tienen en el legislativo, desde ya se reelegían, y otras perlas más, en buen romance legislando en provecho propio en claro conflicto de intereses.

Capítulo aparte de este episodio de la política criolla, para analizar un tema de monta mayor como el de la seguridad ciudadana, que se debe asumir por parte del gobierno nacional, departamental, como distrital.

La inseguridad es total, así lo deben reconocer las autoridades competentes, los grandes centros urbanos como los sectores rurales se encuentran amenazados por estas bandas delincuenciales, lo demuestran los índices de muertes que en Bogotá superan los 90 asesinatos en lo corrido del año 2023, fuera de los casos de hurto, robos, atracos, asaltos a las residencias, el fleteo, como otros delitos menores que afectan la convivencia ciudadana.

Por política de seguridad debe entenderse una política integral que se refleje en las calles, avenidas, centros comerciales, zonas de gran afluencia ciudadana, a la seguridad personal que pueda encontrar el apoyo de las autoridades en los momentos en que lo requiera, aspectos estos que hoy por hoy no se aprecian, donde el centro de atención se ha circunscrito a la denominada paz total, al levantamiento de las medidas y órdenes de capturas contra los representantes de las disidencias insurgentes, a una ley de sometimiento cuestionada por ser magnánima con los victimarios, descuidándose la seguridad doméstica de vital importancia para la armonía social.

Se podrían exponer muchas razones por las cuales se han configurado estos fenómenos de zozobra en el diario vivir, donde tanto éste como los anteriores gobiernos no han estructurado una política coherente para atacar estas manifestaciones de violencia urbana, no se tiene una verdadera política de estado en materia criminal, ni se tienen estudios sobre la etiología del delito, para el análisis y tratamiento de la delincuencia común, donde zonas enteras de centros urbanos, incluida Bogotá son tomadas por estos carteles, con débiles respuestas por las autoridades.

No se exagera al decir que el elemento disolvente del bienestar social de los colombianos en el momento actual, lo constituye la inseguridad ciudadana, basta leer los medios escritos, donde el narcotráfico, el secuestro, la extorsión, la corrupción configuran un grave clima de excepcional gravedad, sin sumarle la lentitud de la justicia o ausencia de la misma para judicializar casos comprobados de violación a ley, campeando la desconfianza con el famoso principio de oportunidad, también llamado de impunidad.

Ojalá en la búsqueda de la paz total, no terminemos en un caos total.

ADENDA: Interesante sería que los ponentes de ese estropicio texto de reforma política le dieran la cara al país asumiendo su responsabilidad política, explicando que los motivó a defender un proyecto grosero, cínico, abiertamente afrentoso contra la sociedad colombiana.

Le deben unas excusas al país como a sus electores, nombres que aparecieron divulgados por una periodista en las redes sociales.

ADENDA DOS: Por decisión de la Presidencia de la Comisión de Disciplina Judicial se ordena a todos los miembros de la corporación asistir a sus puestos de trabajo de manera presencial para garantizar una mayor eficiencia en esa jurisdicción. Medida que aplaudimos, ojalá sea repicada en otras áreas de la alicaída justicia colombiana, recordándoles que la pandemia se encuentra superada en el país que dio origen al teletrabajo, campo donde las entrevistas como la recolección de pruebas deben hacerse de forma presencial.

La frase de la semana: “el gran riesgo de la paz total, es que la gente no la entienda”. ¿Qué deberíamos entender?
A propósito, ¿Se desmorona la alianza de partidos y movimientos? Tal parece.

La puya reaparecerá el martes 18 de abril si el ser superior no lo permite.

*Ex magistrado

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Por EL EJE