BOLETIN166Muchas preguntas irrumpieron después de la derrota del Deportes Quindío ante el Medellín en la fecha anterior en el Atanasio. Envigado rival a vencer este fin de semana. Quindío debe ganar al menos dos partidos de tres e igualar el tercero.

Por: Cristian Marín Zuluaga-Bogotá

Para muchos la derrota en el Atanasio fue injusta, para otros gracias a la acertada intervención de joven golero Oscar Mesa, Deportes Quindío la sacó barata; para mí, se perdió un partido en que caer no podía conjugarse, todo  por una sencilla razón, Cúcuta y Huila habían conseguido puntos, y el plantel cafetero estaba plenamente enterado de lo sucedido con sus dos rivales directos en otro torneo que es completamente aparte.

Una vez más la falta de definición y las peripecias de Mesa para evitar que su portón cayera, fueron la constante del equipo, en un partido donde la media distancia de Yulián Mejía terminó marcando la diferencia para los rojos de Antioquia.

Cesar Torres y su grupo al parecer la tiene clara. Se viene Envigado, Once Caldas y Boyacá Chicó, tres equipos inmersos en la irregularidad, conjuntos con baches profundos que pueden ser bien utilizados, si se estudia sus notorias falencias. Por encimita se puede ilustrar la intensión del plantel cafetero, ganar los dos que restan en casa, sería suficiente para obtener el pase de salvación.

Envigado se aloja este fin de semana en el Centenario, es una clara oportunidad de empezar a inclinar la balanza a su favor, Quindío en los juegos de local bajo las órdenes del profesor Torres ha logrado mantener un puntaje perfecto, superando al difícil Tolima y al complicado accionar de Seguros la Equidad.

Si lo vaticinado por el grupo se da, el milagroso evitaría la oscura y penosa última plaza de la tabla del promedio; entonces la promoción se desnuda como otra gran alternativa, allí el enemigo se dibuja de amarillo y es precisamente el Atlético Huila.

Huirle al descenso se ve desde esta tribuna aparentemente fácil, muchos lo pensamos, pero esquivar la promoción se torna complejo, porque a diferencia del Cúcuta, los opitas han demostrado por lo menos una noción de juego,  el mismo conocimiento que se reflejó en la jornada anterior ante el complicado y casi clasificado Deportivo Pasto.

Envigado se traza este fin de semana como un bálsamo para ir de una vez por todas extinguiendo con el suspenso, un triunfo del Quindío y una derrota de Cúcuta y Huila, cambiarían sin duda el semblante del cuadro de Armenia, el mismo que fue sometido a una reingeniería por parte de Torres para modificar el chip.

Buen concepto

Saben, por momentos Torres me ha ido borrando el mal concepto sobre el cafetero, el equipo luce con orden, con un patrón de juego que no se veía desde la era de Pecoso Castro, solo hay un punto que no dejará de inquietarme y tiene que ver con la falta de resolución.

No entiendo porque aguantar a Danny Santoya, en Medellín volvió a demostrar que no le hace un gol ni al arco iris, es de esos atacantes que generan desespero, su displicencia, su poca actitud no lo hacen querido dentro de la afición,  además porque en su primer paso por acá levitaba, y luego de su partida la relación jugador hinchada no concluyó en buenos términos.

Si Santoya va ser la esperanza del Quindío en estas tres fechas, tengamos del que sabemos, es mejor darle la oportunidad a otro elemento a ver si de pronto logra aportarle al bajo promedio de anotación que se registra en este semestre.

En conclusión, creo en la salvación, considero que Torres irradia confianza y esa misma se la ha logrado transmitir al grupo de buena manera, ojalá este fin de semana se termine de dar una puñalada al que viene  atrás,  para así enfocarnos sin mirar el retrovisor en bajar al Huila a zona de promoción.

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