manuelgomezPor: Manuel Gómez Sabogal

Examen final y la nota más baja del año. Nada qué hacer. El señor Ángel hizo lo que quería hacer durante todo el año: ensayar. Pasaron niños que de jugadores tenían muy poco. Su cuento fue breve y sus mentiras fueron muchas. Recuerdo una entrevista en el diario local en la cual dijo:

“¿Por qué cree usted que la gente en Armenia le tiene antipatía?

No sé. Cuando voy al estadio los hinchas me gritan: ‘Calvo H.P.’. ¿Qué les he hecho yo? Rescatar el equipo que estaba en la B., invertir gran cantidad de dinero para mantenerlo en la A, servirle a la comunidad. Cuando no hay plata para algo, es Hernando Ángel el que saca de su bolsillo. No le debemos un peso a nadie, estoy al día con los jugadores, el cuerpo técnico y el personal administrativo. El último insulto lo recibí en una práctica en Comfenalco, en enero. Cuando fuimos a tomarnos un café, después del incidente, yo estaba muy triste y mi esposa y mi hijo me dijeron: ‘no desfallezca, sigue adelante con el Quindío, tú lo quieres, es tu equipo, p’delante papá, que usted trabaja con mucho amor por esta institución, que le paguen mal no importa’. Y seguí.

Pero don Hernando, vamos de últimos en la tabla.

Sí, cierto. Pero el equipo no va a quedar de último, quédese tranquilo.

La gente tiene mucho temor por el descenso.

No. Mire la tabla quiénes están por debajo de nosotros. Por nada del mundo vamos a descender, eso se los prometo.”

Hoy, da risa leer ese texto. Promesa incumplida con un final que desde hacía algunas fechas se veía venir. Qué mentira más grande la del señor Ángel. Nos deja en la B y ahora dirá que los jugadores le pagaron mal.

Equipo laboratorio. Esas dos palabras me dejaron anonadado. No pude menos que pensar en la falta de dirigentes quindianos. ¡Claro! El señor Ángel se ha dedicado a “ensayar” jugadores aquí para venderlos en todas partes. Como a él nada le duele. El equipo es suyo y nosotros calladitos.

Recuerdo aquellas épocas de “La sombra” Martínez, Dante Álvarez, Conde, Burbano, Bártoli, Frade, Larraz, Pantoja, Angulo, Gallegos y Marcarián. Cuando íbamos al estadio, al destartalado San José a ver cómo jugaban esos once que apoyábamos porque era un Deportes Quindío que nos dolía. Ganaba y festejábamos. Perdía y llorábamos.

Todos los partidos eran verdaderos clásicos. Venía Millonarios y nos gozábamos esas victorias sobre el famoso campeón bogotano.

Hoy, siento que la ira me carcome. No hay derecho a que nuestro Deportes Quindío sea un “equipo laboratorio” y para colmo pierde el año. Y es así, pero nadie dice esta boca es mía.

¿Dónde están los líderes regionales? ¿Qué pasó con quienes tanto pregonan que el Deportes Quindío es nuestro? ¿Hasta cuándo el señor Hernando Ángel seguirá siendo dueño y señor de nuestro amado Deportes Quindío?

Se descorazona el que más, cuando ese Quindío pierde o empata, pero no gana. ¿Con qué camiseta juegan los integrantes del Quindío?

Nuestro reto debe ser el que volvamos a tener al Deportes Quindío. Debemos lograr que la alcaldía y la gobernación busquen fórmulas para que el Deportes Quindío vuelva a ser de los quindianos para que llenemos, domingo a domingo, el Estadio Centenario.

Que lo nuestro, sea nuestro. Seamos verdaderos quindianos. Que haya una identidad regional.

¡Que el Deportes Quindío sea de los quindianos!

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