Bogotá, 3 nov (EFE).- La Fundación para la Libertad de Prensa (FLIP) dijo este miércoles que el Estado colombiano falla en su misión de investigar los ataques a la prensa y recordó que de los 164 casos de asesinatos de comunicadores en solo uno se sancionó a los autores del homicidio con lo que persiste la impunidad.
En el Día internacional para poner fin a la impunidad de los crímenes contra periodistas, la FLIP dijo en un comunicado que «el Estado colombiano está fallando en su misión de investigar a quienes atacan a la prensa, lo cual es un paso indispensable para prevenir otras agresiones, como los homicidios».
Argumentó sus señalamientos en que en Colombia de los 164 asesinatos a periodistas «solo en el caso de Orlando Sierra se sancionó a todos los autores del crimen, y solo en un 18 % de los casos hubo algún tipo de condenas, el resto de homicidios están en completa impunidad.
Sierra fue asesinado en Manizales (centro) el 30 de enero de 2002, cuando salía de la sede del diario La Patria acompañado de su pequeña hija. Dos hombres se le acercaron ese día y le dispararon en repetidas ocasiones, tras lo cual se dieron a la fuga.
LAS CIFRAS DE IMPUNIDAD
De acuerdo con la FLIP, las estadísticas reflejan que es probable que nunca se llegue a condenar a toda la cadena delictiva involucrada en los crímenes contra periodistas.
«De hecho, en los últimos años se ha visto que solo se llega a condenar a los autores materiales», dice el organismo que cita los casos de Felipe Guevara y Marcos Montalvo, asesinados en el Valle del Cauca en 2020 y 2021, respectivamente.
Recuerda que en sus casos se condenaron a algunos sicarios, pero aún no se ha esclarecido quiénes determinaron los homicidios y cuáles fueron sus motivaciones.
Sobre la violencia contra los periodistas, la FLIP documentó que a corte del 28 de octubre de este año, se han registrado 172 amenazas, la misma cantidad de todo 2021.
Además del «aumento de estas agresiones, preocupa que no estén siendo investigadas diligentemente por la Fiscalía, pues en ocasiones son antesala de futuras agresiones», dice la FLIP.
En esa dirección dijo que el caso de Rafael Emiro Moreno, periodista asesinado el pasado 16 de octubre en la localidad de Montelíbano, departamento de Córdoba (norte), recibió amenazas desde el 2019.
En total, Moreno recibió en los últimos tres años seis amenazas, sin embargo, en todo este tiempo la Fiscalía no avanzó en la individualización de ningún victimario, todos los procesos se encuentran en etapa de indagación.
OÍDOS SORDOS
La FLIP dijo, igualmente, que desde tiempo atrás han alertado de otros casos en los que periodistas quedan expuestos a ataques más graves luego de recibir amenazas.
Uno de los casos puntuales fue el del periodista Edison Molina, quien antes de su homicidio fue víctima de estigmatizaciones de funcionarios públicos, amenazas y de un atentado contra su vida.
Molina fue asesinado en septiembre de 2013 en Puerto Berrío, localidad de Antioquia. Del mismo modo, Jineth Bedoya también recibió amenazas antes de que fuera secuestrada, torturada y violada en marzo de 2000.
«En ninguno de los dos casos la Fiscalía cumplió con su deber de investigar diligentemente las amenazas», sostiene la FLIP que alertó de que a finales del 2022, en Colombia prescribirán nueve asesinatos de periodistas, con estos, el número total de homicidios de periodistas prescritos se eleva a 110.
2022, EL AÑO MÁS VIOLENTO CONTRA LA PRENSA
A propósito del Día internacional para poner fin a la impunidad de los crímenes contra periodistas, el director de la FLIP, Jonathan Bock, denunció en el pasado Festival Gabo que 2022 es el año más violento contra la prensa en América Latina de los últimos 30.
En lo que va de este año 57 periodistas han sido asesinados en todo el mundo, 25 de ellos en América Latina y el Caribe.
Entre los 25 periodistas asesinados en lo que va de año en la región, hay cuatro mujeres, que son María Lourdes Maldonado, Yessenia Mollinedo Falconi y Johana García, en México, y Francisca Sandoval, en Chile. EFE
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