El artìculo 2 de la constitución política establece entre los fines del estado ,» servir a la comunidad, promover la prosperidad general» , siendo perentorio el mandato, cuando establece que las » autoridades de la República están instituidas para proteger a todas las personas residentes en Colombia en su vida, honra y bienes».
Del texto anterior se desprende la nociòn de orden pùblico , que no es más que garantizar la seguridad, la convivencia ciudadana y la bùsqueda de la paz».
Creemos que este postulado no se viene cumpliendo, por cuanto hay un sentimiento de inseguridad, de temor al delito, de ausencia de medidas correctivas por parte de los organismos competentes más dedicados a la sonoridad del micròfono , a las millonarias recompensas, consejos de seguridad, con soluciones en teoria distantes de lo que sucede a lo largo del territorio nacional.
Ahora bien, utòpico seria pensar erradicar por completo la violencia, por cuanto todas estas modalidades de delincuencia siempre estaràn presentes en las actuaciones del ser humano ,fenòmenos ligados a la sociedad, pero es deber de las autoridades estudiar las medidas requeridas para disminuir estos factores negativos que afectan la tranquilidad ciudadana.
Imposible no aludir al reclamo de los estamentos sociales cuando se aprehende a un delincuente, al bandido, al foragido, al ladranzuelo, si nuestro publicitado sistema penal acusatorio, lo libera a las horas, so pretexto de no cumplirse con ciertas formalidades , pese haber sido sorprendido en fragancia, sin considerar los liberados con sentencias ejecutoriadas como voceros de paz.
Bien hace el Consejo gremial , como la Andi, en alertar la grave situación de orden público, con territorios en los cuales el » Estado no està siendo capaz de ofrecer la seguridad suficiente», afirmaciòn esta que cobra validez con
el tema central de esta columna.
Que interesante sería se dejara tanta confrontaciòn tanto de los unos como de los otros, y el gobierno central le diera la importancia a la seguridad urbana como rural , tan significativa como los diàlogos de paz que se vienen adelantado para buscar aminorar la angustia social como resultado de la criminalidad en los grandes centros urbanos.
Cuando el ciudadano de a piè pueda adelantar sus actividades diarias sin menoscabo alguno , se podrà afirmar que se tiene seguridad , lo demás es espejismo , siendo este el llamado al gobierno nacional oiga los pedidos de ayuda de los entes territoriales , que permita recobrar la confianza en las instituciones, hoy por hoy con bajos ìndices de aceptaciòn.
Menos viajes al exterior , mayor atención a lo doméstico , mejorar la gobernanza, es lo ùnico que se pide.
ADENDA. Lo sucedido en la plaza de toros de Duitama, al remover la estatua del torero Cesar Rincòn , para convertirla en plaza de mercado amparados en la reciente ley que consagra un periodo de transiciòn de tres años, no es más que un abuso de la función pùblica de la autoridad municipal , un atropello e irrespeto con la sociedad por parte de unos desadaptados incitados por una dogmàtica franja oficial.
ADENDA DOS. Lamentable el Estado de la arteria más importante de Bogotá, como lo es la séptima , abandonada a su propia suerte, convertida en una larga y amplia plaza de mercado, total invasiòn del espacio pùblico , indigentes reposando en las aceras, la drogacciòn a la vista del transùnte, las basuras abandonadas en cada cuadra, nos hace pensar que esa zona en el otrora ìcona de la capital no hace parte de la administración distrital , hoy bajo la dirección de quién prometió muchos cambios frente a lo que se tenia, pero al parecer los resultados son negativos reflejados en la reciente encuesta de opinión donde sale mal calificado.
ADENDA TRES.
Serà la justicia la encargada de definir en acción popular instaurada la suerte futura de la población indìgena que ocupa desde hace varios meses el parque nacional , ante la total inacción de la administración distrital.
Que mala suerte la de Bogotá, la ciudad de todos, con estos gobernantes dedicados más al manejo de imàgen, que al ejercicio de la tarea misional.
*Ex magistrado