(CESAR) BICI CARRIL

Bicicarriles en Armenia, ¿acierto o desacierto?

La iniciativa hace parte del programa ‘Me voy en bici’. La primera fase consta de 7 kilómetros. Choque de trenes entre quienes están a favor y en contra de la iniciativa. Quejas por falta de socialización.

Por: Oliver Muñoz

El proyecto de instalación de los bicicarriles en Armenia ($350 millones) se erigió como una alternativa para mejorar la movilidad en la ciudad, abonar la semilla del civismo que tanto reclama esta capital y fomentar el deporte mediante el uso de los denominados caballitos de acero. Pero así como hay muchos que la miran con buenos ojos, hay otros que señalan que la medida los afectó de forma directa.

Carlos Mario Álvarez Morales, alcalde de Armenia que inició su mandato en 2016 después de ser elegido en representación del partido Liberal, sostuvo que el aumento del parque automotor en la ciudad, cuya aceleración fue evidente en la última década, obligó a tomar medidas que ayudaran al mejoramiento del tránsito vehicular.

Explicó que para su administración es importante el conductor de automóvil, de motocicletas, al igual que los peatones, y aseguró que de este grupo no pueden ser excluidos los ciclistas, que “son de los actores viales más expuestos a accidentes cuando se movilizan por las calles”.

Los usuarios de las bicicletas aceptaron la medida, pero sus voces apenas se escucharían si se encuentran de frente con las de los comerciantes de sectores como la carrera 18, cuya economía fue golpeada desde el mismo momento en que se trazó el carril exclusivo para las bicicletas.

Señalan estos que los conductores ya no miran hacia sus locales, que dejaron de ser alternativa para la compra de los productos que requieren, pues acostumbraban parquear por unos minutos frente a sus establecimientos, lo que ahora no pueden hacer.

Cambio de cultura

Tras el ‘ataque al parqueo informal’ cambió drásticamente la manera de realizar negocios para estos comerciantes y el efecto lo han sentido en sus bolsillos, situación que los tiene molestos, pues aseguran que la socialización no fue adecuada y que el impacto ha sido grande.

¿Cuántas bicicletas transitan diariamente por Armenia? ¿Es esta solo una medida populista en pleno año electoral? ¿Busca la Secretaría de Tránsito y Transporte de Armenia, Setta, mejorar la movilidad o aumentar el número de comparendos diarios?, son preguntas que se hacen los vendedores.

En años anteriores, la Cámara de Comercio de Armenia había presentado documentos en los que desglosó cómo se deben complementar la movilidad y el comercio para que haya una sinergia y ambos entreguen positivos resultados.

Pero estos no son los únicos en sentar su voz de protesta. Representantes de las empresas de transporte cuestionaron la viabilidad la obra de siete kilómetros desde que esta se anunció en el cierre del año 2016.

Ómar Aristizábal, gerente de Buses Armenia, ha manifestado su inconformidad en especial por la escasa socialización de la iniciativa, que tomó por sorpresa a empresarios, comerciantes y usuarios de las vías en general.

En el curso del calendario anterior se presentó el proyecto de la obra, que complementa las obras del proyecto nacional Ciudades Amables, con el que se apunta cambiarles las caras a las grandes urbes de Colombia, al igual que a ciudades intermedias como Armenia.

Para Aristizábal, el problema central estriba en que se mira a todas las ciudades como si fueran iguales, sin tener en cuenta que tienen marcadas diferencias, no solo en cuanto a la idiosincrasia de sus pobladores, sino también en su geografía y cultura en la utilización del transporte público y empleo de transportes alternativos como la bicicleta.

En ciudades como Bogotá y Medellín, con especial énfasis en la capital antioqueña, existe otro aspecto ineludible, su densidad poblacional y vehicular y la alta contaminación que tienen que soportar, lo que ha sido noticia nacional e internacional.

“Esto hace necesario que se impulse el uso de la bicicleta en estas grandes capitales, pero Armenia merece otro trato, pues nuestra situación es distinta”, declaró Aristizábal Ruiz.

Para Fanny Martínez Tafur, secretaria de Setta, las bicirrutas tienen más pros que contras, y asegura que los ciudadanos comienzan a entender todo lo positivo que esta medida le traerá a la ciudad.

Su oficina es de las más temidas en Armenia, pues su labor consiste en multar a quienes no cumplen las normas de tránsito y las quejas oficiales y no oficiales por abuso de autoridad, corrupción y violaciones de las normas por parte de los agentes de tránsito mantienen a la orden del día.

Sin embargo, el balance de la jefe de la oficina es positivo. Asegura que los agentes hacen su trabajo cumpliendo la ley y que cualquier queja puede ser presentada ante las autoridades, con el fin de perseguir la transparencia en la movilidad cuyabra.

“No buscamos que se hagan más comparendos, a lo que le apuntamos a que Armenia sea más incluyente y los ciclistas sean respetados. Para ello tenemos dispuesto al grupo de educación vial, que instruye no solo a conductores, sino también a los ciclistas para utilicen casco, chaleco, pito y los demás elementos de seguridad”, dijo.

No obstante, los comparendos por ocupación de los bicicarriles ya comienzan a sumar en el libro de ganancias de la secretaría y cerca de un centenar de conductores han firmado el talonario.

Los bicicarriles hacen parte fundamental del programa ‘Me voy en bici’, que cuenta con el apoyo del ministerio de Transporte, que donó bicicletas para el uso de los armenios.

El alcalde Álvarez Morales insiste en su importancia. Su plan es que sean demarcados otros 13 kilómetros de bicicarril con las respectivas tachas y los bastones, para llegar a un total de 20 kilómetros al cierre de su mandato.

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Por EL EJE