Por Alberto Luis Gálvez Mejía

Quienes hemos tenido la oportunidad de conocer de cerca a James Padilla García, desde cuando quiso posar de futbolista en el Deportes Quindío y entre tiros desviados y jugadas desafortunadas, que su padre el genial cronista deportivo creemos omitió, pero que al fin y al cabo traspasó el umbral de los intentos que no dan tregua, eso sí sin haber logrado vender su pase a las ligas Europeas, gracias a Dios por que no hubiésemos podido soportar su engreimiento pasajero ni asimilar sus ingresos cotizados en Euros; en su paso por la facultad de Derecho de la Universidad La Gran Colombia, que los desalmados que no faltan no daban un peso por su título, o aún en el Concejo Municipal de Armenia donde su presencia y proyectos dejaron huella, al menos por su exposición directa y sin ambages, y muy especialmente en la Secretaría de Educación Departamental, en la Dirección Administrativa y Financiera, donde pudimos captar y compartir su impresionante dimensión humana, su capacidad en notas de do menor pero siempre efectivas y contundentes, su carisma arrollador, su gracejo a flor de labios y sus apuntes coloquiales que además de hilaridad y tranquilidad  nos permitieron observar un hermano, un amigo incondicional que en mi caso personal, entre chiste y chiste, presentía su escalamiento hacia mejores oportunidades. 

La Empresa Sanitaria del Quindío S.A, (ESP), fundada en el año 1989 como entidad prestadora de servicios domiciliarios de Agua Potable y Saneamiento Básico en los municipios de Buenavista, Circasia, Filandia, Génova, La Tebaida, Montenegro, Pijao, Salento, Quimbaya, llevando calidad de vida a usuarios y habitantes de las zonas urbanas y rurales, se hizo a un gran elemento, inmejorable orientador, gran catalizador de pensamientos y posiciones que estoy seguro enriquecerá su misión y propiciará innovadores espacios de extensión y mejora sustancial en su cometido social.

Sin embargo, al jolgorio y alegría de grandes comunidades que ven en su designación por la Junta Directiva como un logro colectivo que las identifica y enaltece, no faltarán quienes desde la otra orilla seguirán rumiando sus frustraciones y mirando su reconocimiento profesional no como una conquista de los estratos aporreados por la discriminación y el elitismo, o un avance sustancial de la superación personal, sino como una jugada macabra de la líder que sale pero permanece vigente,  pese a tantos agravios,  en nuestros anhelos de justicia social.

Que se rompan pues las vestiduras ostentosas de los de cuna de oro y estratos altos pues contra su querer seguirán soportando como un karma, por un período de cuatro largos y productivos años, la presencia de James al frente de una de las instituciones más preclaras del desarrollo quindiano, imbuida a partir de ahora de un estilo propio enmarcado en su condición humilde, pero con un ideario claro de gestión administrativa que trascienda las consejas y los chismes, cuyos efectos positivos y duraderos en tiempo y espacio no podrán pergeñar sus maléficas intenciones.

Me complace sobremanera que dando continuidad a un propósito de sentido contenido ciudadano, Esaquin quede en inmejorables manos, en las cuales, sumadas a una gran capacidad de servicio e innovadoras estrategias pueda vislumbrarse un progreso promisorio y la estabilización de proyectos e iniciativas en beneficio de representativos sectores poblacionales.

Felicitaciones efusivas a James Padilla García, mi amigo, magnífica persona e insuperable profesional.

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