Por: Andrés F. Zapata
La lucha entre vendedores ambulantes y fuerza pública continuará sin resultados positivos hasta no desarrollar soluciones claras y efectivas
El tema de la reubicación de vendedores genera polémicas y distintas opiniones acerca de que es lo que se debe hacer con respecto a estas personas, que si bien, están trabajando para sostener a sus familias, también están apoderándose de las calles céntricas de la ciudad, colapsándolas e invadiéndolas, hasta el punto de imposibilitar el flujo peatonal y vehicular.
Nuevamente el centro de Armenia se convirtió en un campo de batalla, con los enfrentamientos entre personal de la Policía y el ESMAD, y los vendedores ambulantes, que según este gremio, permanecerá en pie de lucha para evitar ser ultrajados y despojados de sus puestos y mercancías, los cuales son el sustento de ellos y sus familias.
La tarde de ayer transcurría con total normalidad, y aunque en días anteriores ya se habían registrado labores de recuperación de andenes por parte de la policía, los vendedores ambulantes, jamás pensaron que nuevamente se repetiría el caos y los enfrentamientos con las autoridades, quienes siguiendo órdenes del gobierno municipal, intentaron recuperar a la fuerza, el espacio público del centro de la ciudad.
El arribo de la fuerza pública a esta zona de la ciudad con su intención de imponer su autoridad, solo despertó la furia de los vendedores ambulantes, quienes armados de piedras y palos se enfrentaron con los policías durante varias horas, obstaculizando vías, provocando el cierre de los establecimientos comerciales y el desorden en una ciudad que seguirá contando con la invasión pública de sus calles por parte de este gigante grupo de familias y personas que en sus propias palabras, por nada del mundo dejarán que se les vulneren sus derechos a un trabajo.
El problema de esto es que los enfrentamientos seguirán y seguirán sin ningún resultado positivo para ninguna de las partes, mientras que no se establezcan soluciones acorde a las necesidades y requerimientos de los implicados.
Es un hecho que la ciudad de Armenia, necesita sus calles habilitadas completamente para el uso exclusivo de peatones y vehículos, no para el caos y desorden que generan lamentablemente los vendedores con sus productos. Pero también es un hecho, que estas personas no se van a dejar correr así como así, sin las garantías de algo real y concreto que mejore o al menos iguale sus condiciones de vida de acuerdo a la labor que desempeñan.
En conclusión, de nada sirven estos enfrentamientos, por más que se necesiten las calles libres, estos vendedores también son personas que tienen derechos, derechos que no se pueden violentar. La solución está en las manos del gobierno municipal, de crear y ejecutar nuevos proyectos que beneficien tanto a la ciudad, como a los vendedores.
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