La primera Casa de Partería de la ciudad colombiana de Quibdó, capital del selvático departamento de Chocó (fronterizo con Panamá), fue inaugurada este sábado con el objetivo de reconocer este oficio, que en diciembre de 2023 la Unesco incluyó en la Lista Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.

Así lo informó la Organización Internacional del Trabajo (OIT), que detalló que esta apertura es la culminación del camino recorrido durante 15 años por la Asociación de la Red Interétnica de Parteras y Parteros del Chocó (Asoredipar) para dignificar este oficio en el Pacífico colombiano.

«Las parteras hemos sido invisibles para la sociedad, pero siempre hemos estado ahí, trayendo niños al mundo», expresó la coordinadora de Asoredipar Quibdó, Shirley Maturana, citada en la información de la OIT.

En Colombia, las parteras son mujeres que tradicionalmente asisten partos y brindan atención a mujeres embarazadas en comunidades rurales, indígenas y afrocolombianas donde el acceso al sistema de salud es limitado.

Su labor es ancestral y está profundamente conectada con la sabiduría popular y la medicina tradicional.

Mejorar las condiciones de las parteras y su oficio

La idea de la Casa de la Partería es reducir la morbimortalidad materna en Chocó, el departamento con mayor incidencia de pobreza extrema en Colombia, con el 44,9 % en 2024.

En esta región, según cifras oficiales citadas por la Organización, el 11,6 % de los partos en 2024 fueron atendidos por parteras.

Sin embargo, ellas realizan un trabajo en condiciones precarias, pues menos del 15 % de las parteras tradicionales en Colombia están afiliadas al sistema de seguridad social.

«Las parteras no se pensionan, no tienen seguridad social y muchas envejecen sin reconocimiento después de 30 o 50 años de trabajo», afirmó Maturana.

En ese sentido, la OIT, la Agencia Sueca de Cooperación Internacional para el Desarrollo (Asdi) y el Ministerio de Igualdad y Equidad colombiano ayudaron a Asoredipar Quibdó a sacar adelante la primera Casa de Partería de esta ciudad.

Allí no solo se brindará atención durante el embarazo y posparto con el cuidado de los 1.000 días, sino también habrá formación para nuevas generaciones de parteras, entre otros asuntos.

En mayo pasado, la Registraduría Nacional del Estado Civil de Colombia autorizó a parteras y autoridades indígenas de algunas comunidades rurales del país a certificar los nacimientos de bebés en sus territorios, un paso indispensable para que puedan tener documentos legales como el registro civil. EFE

Por EL EJE