Por: Libardo García Gallego   (libardogarciagallego@gmail.com

¿La sempiterna lucha de clases seguirá hasta el final de los tiempos?. Cada día que pasa se concentra más la riqueza en manos de una ínfima minoría que, por el mismo hecho, detenta los poderes estatales. Echan mano de todos los medios lícitos e ilícitos para apoderarse de los limitados recursos del planeta. ¿Quién es capaz de convencerlos de que el planeta pertenece a todos los humanos y que no es ético quitarle a los demás la parte que les corresponde? Así invoquen pasajes bíblicos y decisiones divinas, esto no es correcto. 

Basados en este privilegio justifican la existencia de trabajadores al servicio incondicional de quienes se han adueñado de los medios de producción (capitales, tierras) para que estos puedan acumular más riquezas, es decir, para que les produzcan máxima plusvalía permanentemente. Piensan que los humanos carentes de medios es porque son inferiores a ellos, porque carecieron de inteligencia, de audacia, de conocimientos, de herencia, de ancestros acomodados y por tal razón, si quieren sobrevivir, tienen que venderles o regalarles su fuerza de trabajo.

 En esta época de globalización, de neoliberalismo, vemos cómo todos los ricos del mundo coinciden en su ideario procapitalista. Todos se oponen a la redistribución de las riquezas, a las organizaciones societales solidarias o igualitarias, tienen que existir unos que tengan de sobra y otros que carezcan de todo. Ya hemos visto los nuevos métodos utilizados por las castas imperialistas y oligárquicas para bajar a los gobernantes de aquellos estados que han pretendido y pretenden instaurar la igualdad social. Bajo la apariencia democrática cometieron golpes de Estado y se reapoderaron de  Honduras, Paraguay, Argentina, Brasil, lo han intentado en Bolivia y Ecuador, mas su objetivo central es Venezuela, cuyos recursos reclaman el imperialismo y sus áulicos.

Algunos no entendemos cómo se desplomó la Unión Soviética cuando estaba ad portas de ascender del socialismo al comunismo; no les gustó aquello de exigirle a cada persona según su capacidad y retribuirle según su necesidad. China también optó por el capitalismo. Korea del Norte sigue firme en el socialismo pero, según dicen, sacrificando la democracia. Cuba es el faro luminoso de América, cuyo ejemplo mucha gente se niega a apoyar, dizque porque allí no pueden convertirse en multimillonarios y prefieren irse a buscar el sueño norteamericano.

Son hartísimos los interrogantes acerca de cuál puede ser el mejor sistema socio económico y político, en el cual todos los humanos pudiéramos vivir dignamente, en armonía con la naturaleza, sin necesidades y sin ostentaciones  ni lujos innecesarios. ¿O es que los seres humanos somos incapaces de vivir en sociedades igualitarias, solidarias, y por naturaleza no podemos convivir en paz? Mi manera de filosofar y de ver el mundo me indican que sí es posible el progreso humano en una sociedad donde se garanticen todos los derechos humanos, limitando algunos como el derecho a la propiedad privada ilimitada, sustituyendo la competencia a muerte por la emulación responsable. Pero si  esto es una utopía irrealizable entonces que continúen las guerras y el terrorismo.

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