Un estudio de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL) revela cómo la deforestación del Amazonas, que aumentó un 21 % en 2022, afecta la cantidad y distribución de la lluvia en Suramérica, lo que pone en riesgo la disponibilidad de agua y el equilibrio ecológico de la región.
Bogotá, 06 de septiembre de 2023. La Amazonia, considerada el pulmón del planeta, sigue perdiendo sus bosques a un ritmo alarmante. Según el Proyecto Monitoreo de la Amazonia Andina (MAAP), en 2022 se deforestaron 1,98 millones de hectáreas en esta región, lo que representa un aumento del 21 % con respecto a 2021. Brasil, Perú y Colombia fueron los países con la mayor cantidad de área deforestada, con 1,4 millones, 280.000 y 170.000 hectáreas respectivamente.
Esta problemática tiene graves consecuencias para el medio ambiente y la vida humana, ya que con la deforestación se pierde la biodiversidad de las especies de plantas y animales que habitan en los árboles, se aumenta la contaminación del aire y el agua, y además se puede reducir la cantidad de lluvia, lo que incrementa los escenarios de sequía.
Precisamente, la posible reducción de la cantidad de lluvia fue el tema que investigó David Muñoz Marín, magíster en Ingeniería – Recursos Hidráulicos de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL), quien en su trabajo intentó entender y explicar cómo la deforestación del Amazonas afectaría la precipitación (cantidad de agua que cae a la superficie) en la zona de Suramérica tropical, compuesta por Brasil, Colombia, Ecuador, Perú, Surinam y Guyana, entre otros países.
Para ello, el investigador utilizó una simulación climática regional que permite estudiar el clima de una región específica. En dicho modelo utilizó dos escenarios: el primero denominado como “pi control”, o escenario de control preindustrial, llamado así porque las emisiones de CO2 a la atmósfera son similares a las que habían antes de la Revolución Industrial; y el segundo plantea un panorama de deforestación parcial en el Amazonas, en donde los bosques se han perdido.
Uno de sus resultados parciales muestra que al cambiar el tipo de cobertura de los bosques de galería (característico del Amazonas) a las sabanas (compuestas principalmente por pastizales) habría una disminución de la cantidad de agua que se evapora en el suelo y la superficie cubierta por las plantas, lo que se denomina como “tasa de evapotranspiración”.
“En la zona norte de Suramérica tropical (Colombia, Guayana, Surinam) los cambios en la precipitación se dan durante el trimestre junio- agosto, mientras en la zona sur (Brasil, Paraguay y Uruguay) se ven entre diciembre y febrero”, expresa el investigador.
A través de la simulación encontró que en el escenario de deforestación total se da una disminución en la precipitación reciclada –lluvia que cae en un lugar después de haber sido evaporada de ese mismo lugar– en el suroeste de la cuenca Amazónica y en el occidente de Colombia. Aunque al este de Brasil también se presenta un aumento de este fenómeno.
Esta investigación es importante para entender los efectos del cambio climático sobre los recursos hídricos y para diseñar estrategias de adaptación y mitigación que permitan conservar los ecosistemas amazónicos y garantizar el bienestar de las poblaciones que dependen del agua.
Crédito: Jeimi Villamizar, Unimedios.
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