La actitud desafiante del fiscal general de la nación, raya con lo absurdo. Quiere poner al presidente Petro cómo el dictador que destruye el estado de derecho, incluso de manera irresponsable y demencial, que su vida está en peligro, porque el mismo jefe de estado-lo dió a entender- puede atentar contra el y su familia.
Todas las cortinas de humo que ha tendido este alto funcionario, produce escozor y un efecto contrario, y pone en serio riesgo la institucionalidad. Está como loco, o se quiere hacer. Que diga que está esperando que le mande el ejército para que lo capture, por no cumplirle su orden, porque no es su subalterno, es de alguien que está perturbado mentalmente o está desesperado por llamar la atención de la opinión pública en favor suyo.
Una equivocada interpretación de la frase dicha por el presidente , que yo no soy “su subalterno” puso en explosión el volcán de Ruiz antes de tiempo. El mandatario de los Colombianos hizo la aclaración en un comunicado de la casa de Nariño, que muy pocos medios lo difundieron textualmente, en el que aclaraba que “cómo jefe de estado la constitución nacional me otorga las facultades señaladas en el art.251… Son funciones especiales del Fiscal General de la Nación…Numeral 6 …” Suministrar al Gobierno información sobre las investigaciones que se estén adelantando, cuando sea necesaria para la preservación del orden público…” En ese contexto, el presidente le solicitó al fiscal, información de las investigaciones sobre las amenazas del clan del golfo profirió contra 200 personas, entre policías, civiles, incluso sobre la muerte del ñoño Hernández en Brasil (personaje que fue denunciado por financiar la campaña del expresidente Duque), en el informe el presidente pidió explicaciones por la falta de resultados, y mencionando el nombre del fiscal Daniel Hernández, por la carencia de avances significativos en el esclarecimiento de los hechos, incluso, algunas personas que fueron investigadas cómo victimarios, y el por qué se les precluyeron las investigaciones y otras tantas que no avanzan con celeridad.
El gobierno con plenas facultades constitucionales inquirió al fiscal y este de manera soterrada, grosera y desafiante le respondió, que “el no era su jefe para cumplirle”, a lo cual el presidente Petro le pronunció su respuesta, que puso al borde del colapso la soberbia del irrespetuoso y desenjalmado fiscal.
Caldo que Aprovecharon los odiadores, resentidos y enemigos del presidente, para hacernos creer que estamos al borde del apocalipsis democrático, una ruptura de las instituciones o una dictadura, no saben a qué instrumento echar mano para despotricar, difamar, fabular, destruir la imagen de un mandatario que se la está jugando por propiciar un cambio en las estructuras económicas, culturales, sociales, inclusión, justicia y educación. No acepta está jauría feroz, que Colombia tenga por primera vez en la historia reciente, un gobernante que impulse el país bajo las banderas del desarrollo sostenible, la paz, la justicia social, la vida, transición energética, producción agricola, inclusión a los siervos sin tierra, para que una reforma agraria les regrese lo que perdieron, o darles lo que no tienen, en fin, cambios esenciales que a muchos los hace morder la lengua, para que el estatus Quo de una nación desigual continúe, y para que las clases marginadas sigan sufriendo, la economía siga del lado de los más ricos, la salud, y las pensiones conserven el multimillonario negocio a expensas de los dineros públicos, la contaminación nos siga ahogando, el agua escasee el aire se respire como smog, los políticos sin escrúpulos sigan en el poder, los negros del litoral pacífico sigan en desgracia por el abandono del estado, los niños de la Guajira sigan muriendo de hambre, la guerra siga justificando “la seguridad nacional” que tantas vidas se sacrifican, los derechos humanos solo se conserven en letra muerta, en esencia, que unos pocos privilegiados sigan de tentando el poder, la riqueza, los bienes públicos devorados por la corrupción, a eso es lo que le apuestan.
La afrenta detestable en cabeza de los cíclopes del poder, que quieren con un solo ojo vivir en un estado fallido por la herencia maldita en que nos sumieron, y con el otro ojo, hipócritamente hacernos creer, que el gobierno del presidente Petro, nos lleva a una dictadura.
Estupideces, falacias y sofismas que nos tienen hasta en los platos de los alimentos. El fiscal es solo un peón que avanza como rey en el tablero, llevando a cuestas el fantasma del expresidente Duque, quien quiere que sea la ficha en la próxima contienda presidencial.
Dura la va a tener con los dragones botafuegos del centro democrático, quienes no van a permitir que el candidato Duquista les coja vuelo. “la polarización, es peor que la guerra, en la primera se mata a hurtadillas, y en la segunda de frente”. Si se continúa con el odio, más que los argumentos, con la ideologización ciega, sectarismo sin fronteras, y dogmatismo sin límites, la ética del poder va camino al abismo y la gobernanza del Presidente Petro con los cambios que propuso y aprobada por más de Once millones de Colombianos, está en peligro!! No nos engañemos, el Presidente Petro es un democrata puro, un hombre de estado, y un mandatario pulquérrimo y bien intencionado!.
La salida en falso de la corte Suprema de Justicia apoyando una supuesta solidaridad con el fiscal, permitiendo que la opinión pública se crea el cuento de la dictadura, y/o el riesgo del estado de derecho, es otra irresponsabilidad de la alta corte que toma partido, cuando su misión como el órgano de la democracia que imparte justicia, es la de velar por la conciliación, el equilibrio y las buenas relaciones con el ejecutivo, cómo mandato constitucional.
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