Con precipitaciones constantes desde octubre de 2019, al Quindío se le había olvidado cómo enfrentar una ola de calor. Y la que se prevé es intensa, con una probabilidad del 60% de que entre el fenómeno de El Niño, con una consecuente sequía en el territorio. “Afectará los temas de agricultura, sobre todo disminuyendo los porcentajes de producción por unidad de área; sobre todo si se tiene en cuenta el impacto de los dos principales renglones agrícolas del departamento: el café y el plátano”, señaló el director de Desarrollo Agropecuario de la secretaría departamental de Agricultura, Luis Alberto Gómez Rojas.

Frente a este panorama, la Gobernación se prepara para afrontar las consecuencias de la mano con el Ideam, en el marco de las mesas agroclimáticas y de la mano con los gremios de la producción. El director de Desarrollo Rural Sostenible de la misma cartera, Miguel Ángel Mejía Díaz, explicó el efecto que podría tener, no solo la ocurrencia del fenómeno, “sino también la posibilidad de tocar, por primera vez, esa línea roja de incremento de 1,5 grados centígrados en la temperatura global. Vamos a monitorear las fuentes hídricas, porque podríamos estar perdiendo en algunos ecosistemas el caudal ecológico, y esperemos las recomendaciones de la CRQ frente a la prestación de servicios públicos”.

Y mientras se expide el Boletín Oficial Agroecológico para el departamento, Mejía Díaz hizo algunas recomendaciones para evitar mayores inconvenientes relacionados con la ola de calor:
• No hacer control de malezas o arvenses con las denominadas quemas controladas.
• Al momento de hacer recorridos en la montaña o zonas boscosas, no abandonar objetos de metal o de vidrio, que pueden encender conatos de incendios forestales.
• Para acampar, evitar las fogatas y en la medida de lo posible, llevar estufas.
• Frente al consumo de cigarrillo en senderos y zonas verdes, llevar una botella de agua extra para no consumir, en donde se puedan echar las colillas y luego depositarla en recipientes de basura.

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Por EL EJE