Por: Angélica Bermúdez
Barrió las Colinas, sin importar la hora o el día personas como Jaime, Ángela, Gabriel o doña María deben caminar largos trayectos para poder acceder al servicio de transporte público de la ciudad, no porque sus vías no sean aptas para que este tipo de vehículos transiten por sus calles, sino porque la seguridad se ha convertido en el principal obstáculo para que personas de bien que habitan el estigmatizado sector puedan llegar a abordar uno de los pocos vehículos que aun tienen la osadía de cruzar las barreras que han impuesto los delincuentes en esta golpeada zona de la capital quindiana.
Allí no importa si se es adulto o niño, si se está sano o enfermo, si se es discapacitado o un joven estudiante; la ley que opera en sus calles es la ley de la delincuencia, el hurto, los homicidios y la extorción.
Ya en Eje Noticias se había denunciado la cruda realidad que envuelve en un nube de temor a los habitantes de esta zona golpeada por la intolerancia y falta de oportunidades, nuevamente la comunidad alza entre angustia y miedo su voz de protesta ante la dura situación a la cual se ven enfrentados diariamente.
Los profesionales del volante que cubren la ruta hacia el sonado barrio, se rehúsan a ingresar a sus calles, el motivo las extorciones constantes de las cuales son víctimas por parte de un grupo delincuencial que ha tomado el sector como su punto de operaciones ilegales donde para poder brindar un servicio esencial a la comunidad hay que pagar una cuota por cada trayecto que oscila entre los mil a cinco mil pesos, de lo contrario los vehículos son atacados a piedra, sus llantas pinchadas y en muchas ocasiones sus conductores atacados físicamente aparte de tener que soportar la tortura sicológica de la extorción.
Una situación que se ha salido de las manos y que pareciese no tener dolientes entre las administraciones o autoridades de la región pues hasta el momento no se han tomado medidas de fondo que permitan garantizar la seguridad de quienes ingresan al temido barrio las Colinas.
Personas de bien como Jaime o doña María ya no soportan más la situación, la única alternativa para no seguir padeciendo esta absurda condición fue interponer una solicitud ante la personería municipal para que sea está quien interceda ante los organismos estatales y las autoridades de policía con el objetivo de poder disfrutar de un servicio público de primera necesidad.
Los conductores han denunciado en reiteradas oportunidades que la red criminal está conformada por menores de edad, la pregunta que muchos se hacen es, ¿acaso para los menores infractores no hay ley ni Dios? ¿o es solo en el Quindío dónde se permite que antes de los 18 años se cometan cualquier cantidad de delitos sin ser aprehendidos por las autoridades y sancionados por la justicia? preguntas que rondan la cabeza de cientos de cuyabros y en especial de quienes residen en las Colinas y son los directos afectados con este tipo de situaciones.
Hombres, mujeres y niños que piden a gritos la intervención de la Policía y la Secretaria de Tránsito quienes deben garantizar y velar por el bienestar y seguridad de conductores y pasajeros del servicio público en la ciudad.
Visitas: 0