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Algunos fueron vanidosos, petulantes, disfrutaron y se mofaron de quienes perdimos, pisotearon nuestro nombre, hoy mastican el dolor que padecen ante la justicia. Cosas de la vida, ayer arriba hoy abajo. 

Por José Octavio Marín Naranjo

Bien es cierto que Armenia tiene por ahora su alcalde encargado en persona de Sandra Herrera hija del reconocido dirigente Hugo Herrera. Pero eso no quiere decir que la situación al interior de la administración municipal es normal. Y no puede serlo por dos razones fundamentales, primero porque su alcalde en propiedad no puede asistir a su despacho y segundo se encuentra recluido en una cárcel pensando las 24 horas del día en el trauma que vive y seguramente proyectando su defensa. De esta manera tenemos que ser conscientes que la alcaldía está en veremos hasta tanto no se tenga una persona al frente con mando y control.

Toda intención es sana y valedera, pero cuando uno ingresa al Centro Administrativo Municipal solo ve caras largas, preocupación en sus rostros, angustia por el incierto futuro que se tiene.

Cuando los seguidores de Luz Piedad Valencia y Carlos Mario Álvarez disfrutaban de los gozosos, miraban y actuaban con desprecio sobre los perdedores, quien escribe recibió esos graves efectos de quienes no saben ganar. Se mofaron y burlaron en más de una oportunidad, pisotearon nuestros derechos como ciudadanos y periodistas. Fuimos desplazados y confinados empresarial y profesionalmente, fueron conocidas las frases del propio alcalde al momento de ganar las elecciones, “Con Pepillo Marín y Eje Noticias no quiero nada, mientras sea alcalde jamás podrá ingresar a mi despacho” lo dijo y lo expreso abiertamente, muchos de sus colaboradores sacaron pecho, se burlaron y gozaron con las palabras del alcalde. Hoy mastican su dolor, su angustia y frustración por el escandaloso caso de valorización que tiene entre rejas a su jefe y a otras reconocidas personas de la región, con el agravante que el proceso seguirá y que seguramente se llevará por delante a otros funcionarios y ciudadanos.

Cosas de la vida, ayer disfrutaron, pero el espejismo se acabó y hoy viven su propia derrota. Lamentablemente muchos de esos funcionarios y colaboradores que despotricaron cuando ganaron, ahora miran un panorama confuso e incierto en su futuro, la situación no es la misma mientras su alcalde permanece entre rejas.

Esto nos demuestra la vida que se debe ser sensato, sereno, tranquilo, pero ante todo humilde ante el éxito y la fortuna, sin delirios de grandeza en el triunfo y en la derrota, que hoy estamos arriba pero mañana podemos estar abajo, una lección que pocos no aprenden. Me acuerdo cuando el ingeniero Quintero, buen amigo nuestro, se jactaba del triunfo de Carlos Mario o su amigo atleta denigraba de los perdedores, o de muchos líderes que después se le “voltearon” a Luz Piedad para seguir las nuevas directrices. Definitivamente en la vida son lecciones que se tienen que aprender. No me alegra la dura realidad que viene padeciendo el educador Carlos Mario Álvarez Morales, su familia, ni el grupo que encabeza Luz Piedad Valencia o allegados, pero hoy quiero llamar a la reflexión, todo en la vida es ocasional, momentáneo, se debe saber ganar y se debe saber perder, duro pero real, se debe ser prudente en la celebración para no encontrar en el camino situaciones tan espinosas como la experiencia que hoy se vive en el departamento, entendiendo que este proceso no termina, pues los tentáculos de las autoridades se van expandiendo por otros despachos con graves efectos colaterales, muchas personas comprometidas que tendrán que rendir sus cuentas. Esta es otra experiencia para celebrar con altura sin necesidad de menospreciar a los demás, del orgullo, la soberbia y la vanidad no queda nada, absolutamente nada, siempre triunfara la humildad, la paciencia, los buenos modales, pero ante todo la honestidad y la rectitud.

Soy reiterativo en lo que he escrito en Me Pica la Lengua y lo que expresamos diariamente en EJE NOTICIAS RADIO por la Súper Estación Latina, duele lo que le sucede a la capital quindiana, duele lo que ocurre con el señor Alcalde un gran hombre, igual con el grupo de Luz Piedad Valencia y todas aquellas personas inmersas en estas investigaciones pero que sean las autoridades, los jueces quienes finalmente califiquen, juzguen, condenen o absuelvan a los implicados, no nosotros. Dios proveerá.

 

 

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