Esta es la primera de las siete palabras que pronunció Jesús en la cruz. De pronto, en esa época, los miserables no sabían lo que hacían o si sabían, se hacían los locos.
Y esta primera palabra es muy actual, porque es aplicable al momento que vivimos. O si no, empecemos por los políticos, muchos de los cuales, en todo el mundo, roban y roban y vuelven a robar. O se las ingenian para salir adelante en cada proceso que tienen en su contra. Les dan casa por cárcel y al final, no pagan pena alguna.
“Perdónalos, porque no saben lo que hacen”. Claro que lo saben. Y muy bien, pues cada vez se ven en mejores condiciones económicas que otros. Muchos políticos saben que si resultan elegidos en x cargo, allí pueden probar las mieles del poder y se olvidan de promesas hechas a sus electores. Claro que lo del olvido es ese olvido que seremos siempre. Así lo tienen previsto. Se amangualan y todo queda en casa.
Los electores llevan sus hojas de vida, las cuales no son revisadas, sino archivadas para luego decirles: “estamos haciendo lo posible” para que todo sea imposible y les regalen un contratico de tres meses como contentillo.
“Perdónalos, porque no saben lo que hacen”. Los guerrilleros también saben lo que hacen, pero no entienden que son los únicos que quedan en este lado del mundo, haciendo una guerra insulsa, estúpida y sin remedio alguno. Mientras sus líderes están en la Habana, descansando, viviendo a sus anchas, los guerrilleros del campo siguen enfrentando a otros campesinos llamados soldados.
“Perdónalos, porque no saben lo que hacen”. Muchos nos hablan de paz, pero quienes lo hacen viven en constante guerra de odios y desamores.
“Perdónalos, porque no saben lo que hacen”. Muchos padres de familia no saben lo que hacen, porque fueron criados a la topa tolondra. Ahora, prefieren irse a España, Estados Unidos u otros países y dejan a sus hijos al cuidado de los abuelos o tíos y en el peor de los casos, solos a la buena de Dios. Otros padres sí saben lo que hacen, pero culpan a los demás, a sus papás, a sus abuelos, a todo el mundo, menos a ellos mismos.
“Perdónalos, porque no saben lo que hacen”. Los empresarios que roban a sus empleados. Les exigen más de ocho horas de trabajo, pero les retribuyen con un salario que ni es el mínimo.
“Perdónalos, porque no saben lo que hacen”. Los jóvenes que día a día se envenenan con la droga, que ahora roban, atracan, matan porque aprendieron a hacerlo porque les resulta más fácil que estudiar o trabajar. No quieren estudiar, porque creen que no les va a servir. Y no quieren trabajar porque la disculpa sencilla es que no hay empleo.
“Perdónalos, porque no saben lo que hacen”. Los adolescentes que andan a la carrera, haciendo todo ya, probando todo ya, porque se les va a acabar el tiempo. Las niñas teniendo sexo a temprana edad, muchachos enloquecidos por el sexo, gracias al internet, la pornografía, la prensa, la televisión y otros medios.
“Perdónalos, porque no saben lo que hacen”…….
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