gobernador_de_Caldas_Julian_Gutierrez_BoteroEl colega Iván Darío Gómez hace el siguiente comentario acerca de las relaciones del Gobernador Julián Gutiérrez y la Asamblea Departamental. 

El tire y afloje  entre el gobernador y la asamblea departamental, está pasando de castaño a oscuro.

Ha llegado la situación al extremo de que los secretarios del despacho no atienden ni siquiera por teléfono, a algunos diputados, es decir, se agudiza el distanciamiento en perjuicio de las relaciones armónicas que deben mantener.

Y nos parece grave el calificativo de “extorsionistas” que utilizó la señora Secretaría de Hacienda en uno de los debates, refiriéndose a peticiones que han formulado, en  todo su derecho, algunos asambleístas.

Esgrimir el término de extorsionista, no resulta lo más prudente ni aconsejable, pues toca con los linderos del código penal. Suena como si estuvieran haciendo exigencias indebidas, bajo amenazas, lo cual creemos no es lo que ocurre en este caso.

Es un mensaje negativo el que se está enviando  a la comunidad. Si bien el gobernador dice que sólo dialoga  con los jinetes (los Senadores) para asuntos de asignación de cuotas burocráticas, no debe olvidar que son los líderes quienes en la asamblea y los concejos quienes ponen los votos. Los gobernantes necesitan de estas corporaciones (que son las juntas directivas del departamento y los municipios), para poder adelantar una gestión que redunde en beneficio de los asociados. Del trabajo mancomunado que realicen, depende en  gran parte el éxito de los planes de desarrollo.

Por qué no buscar aproximaciones entre las partes, con unos compromisarios idóneos, que conozcan y tengan experiencia en el tejemaneje político-administrativo, en aras de una conciliación de criterios y de posiciones divergentes?. Es lo mínimo que espera la comunidad caldense que, atónita, asiste a un espectáculo poco dignificante para sus dirigentes.

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Por EL EJE