Por Manuel Gómez Sabogal

Leer frases fuera de lugar, dañinas, cargadas de estupidez, fue algo que me sacó de casillas. Casi nunca lo hago, pero ante la tragedia del avión con el equipo de fútbol Chapecoense, leer algo como: “¿Qué pasará con el título de la Copa Sudamericana luego de la tragedia aérea?” se siente que se ha perdido toda consideración por los demás. No se justifica tanta falta de corazón y respeto en un difícil momento para muchas familias brasileñas.

Que estamos mal, muy mal interiormente. Se siente impotencia ante alguien que escribe por escribir o a quien poco o nada le importan los demás. Se acerca Navidad y muchas familias quedan sumidas en la tristeza. A muchos, les importa una copa, un trofeo que ni es para ellos.

Por eso, esta es una invitación a reflexionar sobre las palabras solidaridad, respeto, consciencia, tristeza.

Si a usted no le importa lo que sucede alrededor, si no le interesa lo que viven los demás, lo que sufren o lo que alegra a los otros, quédese en silencio, guarde sus palabras, pero no diga estupideces, no insulte corazones heridos por un inmenso dolor, un momento imposible de entender.

No sé por qué algunos se llaman cristianos o católicos. Confieso que soy católico, pero para mí, lo primordial es el respeto a los demás.

Tampoco acepto las exageraciones de algunos que, en momentos como el del accidente, pensaron en el morbo. Repetir y repetir las noticias para ver lo mismo y sentir que se pueden hacer comentarios e inventar historias con respecto al accidente.

Seamos seres humanos que respetamos a las personas, a los otros, a los demás.

Para qué los árboles de Navidad, las luces exteriores e interiores en casas, edificios, fincas, si el interior de la persona está sin brillo alguno

Se brilla, cuando se respeta, no se hiere, se siente al otro, a la persona, se vive el dolor de otro ser humano.

Por ahora, quiero que reflexionemos sobre quiénes somos y por qué nos manifestamos hasta con estupideces en momentos como el de una tragedia que pocos lograrán superar, pues son su familia y amigos.

Que no haya momentos así en las familias de quienes se burlaron, hicieron chistes, pusieron frases estúpidas. Que empecemos a entender que la vida es una y que a muchos, el dolor los acaba y muchas veces, ni levantarse logran.

Paz, mucha paz en cada corazón.

 

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