En este espacio hemos insistido en la necesidad de que los opositores del sátrapa se unan para decantar las opciones presidenciales. La proliferación de candidatos de derecha y la presencia de algunos tibios que entran a dividir y generar confusión, solo ahondan la abstención y, con ella, la degeneración de una democracia donde los gobernantes son elegidos por las minorías.

Por eso manifiesto con anticipación las razones de mi preferencia por Abelardo de la Espriella, quien se viene jugando la vida con verticalidad y valentía. Porque con él:

  • Retomaremos los conceptos de Dios, Patria, Libertad, familia y Sociedad;

  • Las fuerzas armadas recuperarán su majestad;

  • Lograremos la limpieza social a través de la justicia;

  • Se acabará este apestoso mar de impunidad;

  • Los grupos de antisociales como la primera línea y demás actores vandálicos, con los que Petro y sus secuaces nos amenazan constantemente, desaparecerán por consunción;

  • Los destructores del espacio público y los generadores del caos serán castigados y recuperaremos la armonía, la estética, el orden social y el civismo;

  • Los corruptos irán, ¡por fin!, a la cárcel;

  • Al disminuir la corrupción, se podrá aminorar el tamaño del Estado y no serán necesarias las reformas tributarias;

  • Se atacarán los campamentos guerrilleros y se minarán los grupos al margen de la ley;

  • Volveremos a la erradicación masiva de cultivos ilícitos, y a la lucha de frente contra el narcotráfico;

  • La salud saldrá de cuidados intensivos;

  • Volveremos a disfrutar de nuestras bellezas naturales en paz y tranquilidad;

  • El turismo será nuevamente fortaleza ante el mundo;

  • El orden institucional volverá a prevalecer y, con él, la tridivisión del poder con el respeto de nuestras garantías;

  • Volverá la inversión privada y la generación de empleo, riqueza y desarrollo;

  • Volveremos a creer en el país más hermoso del mundo.

Por esto, y mucho más, Abelardo es el candidato al que más le temen los parásitos y desechables que viven del Estado; los delincuentes protegidos por el actual gobierno; los narcoterroristas que se pavonean por el territorio nacional; los políticos aliados del sátrapa; y los generadores de zozobra y caos… Abelardo, en fin, es la peor pesadilla para la escoria que nos gobierna. ¡Y merece nuestro voto!

Y a quienes se están dejando manipular con el cuento de que tenemos que acabar con la polarización, hay que decirles que la defensa de la democracia no admite medias tintas. Los ataques mortales de nuestros enemigos deben ser enfrentados con el rigor de la ley y la justicia. Cumplir la constitución no puede ser confundido con autoritarismo; y combatir el crimen no es sinónimo de nazismo. ¡No más impunidad, ni complacencia!

Unidos podemos ganar en primera vuelta. Ya se le frustró a Petro el asalto a la Corte Constitucional y esto marcó su derrota definitiva. ¡Que viva de la Espriella!

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Por EL EJE