Banca colombiana en alerta, el sistema financiero refuerza controles tras la inclusión de Petro en la Lista Clinton
La inclusión del presidente Gustavo Petro en la Lista Clinton del Departamento del Tesoro de Estados Unidos desató una crisis política con repercusiones inmediatas en el sistema financiero colombiano. Lo que comenzó como una decisión diplomática de Washington se ha convertido en un episodio de alto impacto para la estabilidad institucional del país, que ahora enfrenta un escenario sin precedentes: un jefe de Estado en ejercicio señalado por la Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC), la entidad que administra uno de los mecanismos más severos de sanción económica del mundo.
La Asociación Bancaria y de Entidades Financieras de Colombia (Asobancaria) fue la primera en pronunciarse. A través de un comunicado, el gremio aseguró que el sistema financiero acatará estrictamente las disposiciones internacionalesy activará los protocolos de cumplimiento establecidos por la OFAC. El mensaje busca transmitir calma a los mercados y confianza a los usuarios, en un momento en que los bancos del país revisan con lupa cada procedimiento de control, listas de clientes y transacciones internacionales.
Un hecho sin antecedentes
Nunca antes un presidente colombiano había sido incluido en la Lista Clinton, un instrumento que desde finales de los años noventa se utiliza para aislar del sistema financiero a personas o entidades sospechosas de estar vinculadas con lavado de activos, narcotráfico o financiación del terrorismo. En este caso, la medida no solo afecta al mandatario, sino también a su entorno más cercano: la primera dama Verónica Alcocer, el ministro del Interior Armando Benedetti y su hijo Nicolás Petro Burgos.
La entrada de estos nombres en la lista significa que cualquier institución bancaria, dentro o fuera de Colombia, que mantenga relaciones con ellos deberá suspender operaciones, congelar fondos y reportar movimientos ante las autoridades internacionales. Aunque no se han anunciado medidas directas en territorio colombiano, las entidades locales están obligadas por ley y por tratados internacionales a implementar controles inmediatos para evitar sanciones que podrían comprometer su acceso a la banca corresponsal extranjera.
Foto tomada de EFE/Emilio Naranjo
Asobancaria refuerza la confianza del sistema
En su pronunciamiento oficial, Asobancaria recordó que el sistema financiero colombiano es considerado uno de los más sólidos y vigilados de América Latina, con más de tres décadas de experiencia en la prevención del lavado de activos. El gremio subrayó que el país fue pionero en la creación de un acuerdo interbancario para detectar movimientos de capital sospechosos, un antecedente que le permitió consolidar la cooperación con Estados Unidos y otros organismos internacionales.
“Colombia ha mantenido una relación de confianza con la comunidad financiera global”, indicó la asociación, destacando que el compromiso del sector se mantendrá “en estricto cumplimiento de los estándares internacionales, la normativa nacional y la jurisprudencia de la Corte Constitucional”.
Pese a la sobriedad del comunicado, en los despachos bancarios la situación se evalúa con prudencia. Los oficiales de cumplimiento —los encargados de garantizar la transparencia en las operaciones— analizan posibles impactos en las relaciones internacionales y en los procedimientos internos. “El cumplimiento de la OFAC no es opcional. La banca debe actuar con rigor técnico, incluso cuando los efectos sean políticamente sensibles”, explicó una fuente del sector financiero consultada por este medio.
Un reto jurídico y económico
La inclusión de un presidente en la Lista Clinton abre un terreno inexplorado en el derecho nacional e internacional. Aunque la OFAC no requiere pruebas judiciales para imponer sanciones, sus decisiones tienen efectos globales. En el caso colombiano, podría generarse un conflicto entre la soberanía jurídica del país y la obligación de sus bancos de obedecer las normas del sistema financiero estadounidense, del cual dependen muchas de sus operaciones.
De confirmarse la aplicación de las sanciones, las consecuencias irían más allá del ámbito político. Podrían incluir la suspensión de cuentas, la restricción del acceso a servicios financieros internacionales y un aumento en la percepción de riesgo país. Analistas financieros han advertido que incluso una lectura simbólica de la medida podría tener repercusiones en la confianza inversionista y en la relación de Colombia con los mercados internacionales de capital.
Crédito: EFE/Moreno for US Senate
Reacciones desde Washington y Bogotá
En Estados Unidos, la decisión generó aplausos entre sectores conservadores del Congreso. El senador Bernie Moreno publicó en la red social X el mensaje “FAFO” —acrónimo de “play around and find out”—, interpretado como una advertencia directa al mandatario colombiano. La publicación refleja un endurecimiento del tono en la relación bilateral, en un contexto ya marcado por tensiones diplomáticas en temas como la política antidrogas y la cooperación militar.
Desde Bogotá, el presidente Petro respondió también por la misma red social, confirmando la designación de su defensa legal en Estados Unidos y expresando desacuerdo con la medida, aunque sin confrontar directamente al Departamento del Tesoro. Su reacción fue medida, pero dejó entrever la gravedad del momento político y el deterioro en las relaciones con Washington.
Una prueba para la institucionalidad
La inclusión del mandatario en la Lista Clinton pone a prueba la fortaleza de las instituciones colombianas y la independencia del sistema financiero. Por un lado, los bancos deben cumplir las disposiciones internacionales para no poner en riesgo su estabilidad. Por otro, deben garantizar el respeto a las leyes nacionales y los derechos de los ciudadanos. Ese equilibrio, en un contexto de alta polarización política, será determinante para mantener la credibilidad del país ante los organismos multilaterales.
El episodio también revela la vulnerabilidad de la economía globalizada. La interconexión del sistema financiero mundial hace que una decisión tomada en Washington tenga efectos inmediatos en Bogotá, incluso en el corazón del poder político. En palabras de un experto en derecho financiero: “La Lista Clinton no necesita disparos ni sanciones diplomáticas para ejercer poder; basta con el aislamiento financiero para alterar el tablero político de un país”.