Por Rudames
Mucho se dice de la manera de hacer política y de verdad que estamos viendo que en los últimos años en Colombia ha nacido una guerra fratricida, de desprestigio para poder conseguir los votos necesarios y lograr tanto la Presidencia de la República, como las curules en el Senado y los escaños en las Asambleas Departamentales y Concejos Municipales.
Decía el escritor francés Alejandro Dumas al responder algo sobre este tema tan espinoso llamado política: “En política, querido mío, y vos lo sabéis tan bien como yo, no hay hombres, sino ideas; no sentimientos, sino intereses; en política no se mata a un hombre, sino se allana un obstáculo.”
Y es cuando nos podemos preguntar, donde están las ideas, donde están los intereses y como estamos allanando los obstáculos, sin hacerle daño a nadie?
Todo lo anterior para tomar las palabras de un desprevenido ciudadano, que dijera que en estos momentos y desde hace mucho tiempo se acabó la verdadera política, llegó la politiquería, llegaron las promesas falsas y de verdad esto comienza a cansar a los electores que de día en día se alejan más de las urnas, principalmente aquellos que sufragaban a conciencia y con la esperanza de ver verdaderos cambios.
Pero como dice en algunos apartes una canción popular: “el campesino embejucado”, solo se le busca para que participe en las elecciones y a la hora de la verdad se le olvida y para más lo tiene cansado las peleas y el descrédito entre los contrincantes políticos.
Esta manera de hacer política actualmente saca de quicio a cualquiera, no proponen nada, no dan soluciones y no tratan de mostrar la manera de que el país progrese, sino que se dedican a atacarse los unos a los otros.
Lo que está sucediendo creo que es bastante grave y no voy a dar nombres, pero los que han tratado de desprestigiar al gobierno del presidente Santos, deberían de presentar propuestas mejores a lo que ellos mismos dicen que es en lo que ha fallado el primer mandatario y una cosa que esperaba era que el Jefe del Estado no cayera en la provocación y contestara a quienes lo atacaban, pero con el dolor en el alma puedo decir que cayó e hizo lo mismo que sus contrincantes.
Cuando un gobernante está haciendo las cosas mal, creo que la solución es que quien aspire a reemplazarlo ofrezca opciones claras, soluciones y de esta manera creo que consigue más adeptos que mediante el desprestigio del otro. No está bien que se estén utilizando términos bastante bajos e inadecuados para referirse los unos de los otros y que más tarde haya que presentar disculpas y decir que se ha equivocado o que no es eso lo que quería decir, porque por lo general lo que queda en la mente es lo primero que se ve y se escucha y las explicaciones por lo general no dan buenos resultados.
Colombia se prepara en este momento a unos comicios electorales de mucha importancia, pero si el caballito de batalla sigue siendo para muchos el mal gobierno actual, es casi seguro que entre más lo desprestigien, más fuerza va a tomar y esto puede llevarlo a la victoria final.
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