manuelgomezPor: Manuel Gómez Sabogal

La guerrilla informó que habrá cese al fuego a partir del 15 de diciembre y hasta el 15 de enero.

En este país de locos, se hacen peticiones a todo mundo para que haya paz. Algunos proponen que durante los fines de semana y días de fiesta haya desarme, es decir, queda prohibido portar armas, aunque se tenga salvo conducto. Otros, estaban esperando que los altos mando de la guerrilla declararan la tregua entre el 15 de diciembre y el 15 de enero.

Es decir, en este país de locos, las FARC pueden seguir asesinando después del 15 de enero. Por eso, el 7 de diciembre casi acaban con Inzá en el Cauca y se atreven a decir que “por qué tienen la policía dentro del pueblo.”

Entrevistan a los líderes guerrilleros y les hacen las mismas preguntas como si la famosa tregua fuese algo espectacular. No me parece. No puede hacerse una propuesta para indicar a quienes no valoran la vida que pueden matar cuando cese la tregua.

Yo pido una tregua, pero de verdad. Una tregua indefinida. Una tregua que nos lleve a reflexionar acerca del valor de la vida. La importancia que tiene la vida de una persona es tal que creo, no parece que somos seres humanos, aunque pensamos, discernimos, entendemos, sentimos felicidad, tristeza, alegría, soledad, entusiasmo, cariño, ternura, amor.

Somos seres humanos, pero muchos no piensan así. Matar se convirtió en rutina, algo normal, frecuente, diario. Colombia es un mar de sangre, porque nada hacemos para que la situación cambie.

Nuestro problema es simple. Si matan no nos estremecemos, porque vemos muertos todos los días. Ni nos mueven mínimamente los más de 9000 muertos que han confesado los paramilitares, ni los 9, 10, 18 que aparecen en fosas comunes. Por eso, “Matar es más fácil que amar”.

Amar es sencillo: Todos viviríamos en un mundo mejor. Todos seríamos felices, pero los medios no ayudan a cambiar esa frase. Por eso, amar es difícil y cada vez más, mientras los canales insistan en la truculencia, la violencia.

Podemos cambiar. Cada uno puede hacerlo. Podemos decir sí al cambio, a la vida. No más a muchas cosas que nos rodean. No solamente al secuestro, sino a la corrupción, a los políticos mentirosos de siempre, a senadores y representantes corruptos y mentirosos, a quienes sacan provecho personal de situaciones de la comunidad. No más atropellos.

Navidad en Paz, porque Colombia merece que sus niños y niñas no sean violados y violadas. Padres que amen, no por Navidad, sino durante todo el tiempo. Hijos que sean abrazados. Hijos que sientan que son queridos.

Navidad en Paz para los jóvenes que desean lograr muchas metas. Que quieren vivir plenamente sus vidas. Que no corten la vida en primavera.

Navidad en paz implica justicia social, erradicación de la miseria en muchos de los colombianos. Amor y cariño por todos los que nos rodean. Abrazos sinceros y regalos sencillos, pero con mucho amor. Besos y caricias llenos de sinceridad. ¡Navidad en paz y tregua indefinida por una Colombia que se lo merece!

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