Por Jaime Ortega Carrascal

Bogotá, 27 de abril de 2023 (EFE).- El presidente colombiano, Gustavo Petro, hizo este miércoles una prematura remodelación de su gabinete ministerial, menos de nueve meses después de asumir el cargo, para conjurar una crisis política detonada por la falta de apoyo a sus reformas en el Congreso donde ya no cuenta con mayorías.

Con los nuevos nombres anunciados para las carteras de Hacienda, Interior, Salud, Agricultura, Transporte, Ciencia y Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (TIC), Petro, que comenzó con un gabinete plural, se rodea de gente más comprometida con su proyecto político.

Petro, primer presidente de izquierda de Colombia, sorprendió al país anoche al pedir la renuncia protocolaria a todo su gabinete, materializada hoy con el cambio de siete de sus 18 ministros, que se suma a los tres relevados en febrero pasado (Educación, Cultura y Deporte), con lo cual más de la mitad del equipo con el que comenzó su Gobierno, el pasado 7 de agosto, no completará siquiera un año en el cargo.

«A pesar de que mi gabinete, y su apuesta por el diálogo y el pacto fue rechazado por alguna dirigencia política tradicional y del establecimiento, vamos a persistir con nuestro programa y nuestra vocación de grandes acuerdos nacionales», manifestó Petro en un comunicado en el que dio a conocer los cambios.

Se van ministros clave

Tan sorpresiva como la crisis y la ruptura de la coalición de Gobierno, anunciada también anoche por el presidente, fue la salida de tres ministros clave: los de Hacienda, José Antonio Ocampo; Interior, Alfonso Prada, y Salud, Carolina Corcho.

Ocampo, considerado un nombre que transmite confianza a los mercados financieros y un garante de la estabilidad económica de Colombia, no estaba entre los candidatos a salir del gabinete pero será reemplazado por Ricardo Bonilla, que fue secretario de Hacienda de Petro cuando fue alcalde de Bogotá (2012-2015).

Prada, que fue secretario general de la Presidencia de Juan Manuel Santos, fue sustituido porque, según analistas, no tuvo éxito como articulador de las relaciones entre el Ejecutivo y el Legislativo para lograr los apoyos suficientes en el Congreso a las reformas.

Su lugar lo ocupará Luis Fernando Velasco, un experimentado político que fue senador en varios periodos y que tendrá como misión lograr los consensos para que la cuestionada reforma de la salud, la laboral y la de las pensiones presentadas por el Gobierno en febrero y marzo pasados pasen en el Congreso.

No menos sorpresivo, a pesar de su desgaste político, fue el cambio de la ministra de Salud, Carolina Corcho, una petrista de primer orden que dio la batalla ante la opinión pública para defender su proyecto de reforma pero encontró fuerte resistencia y duras críticas de distintos sectores y vertientes políticas disconformes con el cambio.

La renuencia de los partidos Liberal, Conservador y de la U, hasta ayer aliados del Gobierno, a apoyar en el Congreso la reforma de la salud, y la negativa de Corcho a aceptar cambios en la iniciativa que permitieran llegar a un acuerdo fueron los detonantes de la crisis actual.

Su lugar será ocupado por Guillermo Alfonso Jaramillo, quien también fue secretario de Salud de Petro en la Alcaldía de Bogotá.

Los otros cambios

Otro cambio relevante es el de la ministra de Agricultura, la liberal Cecilia López Montaño, cuya experiencia y capacidad de gestión no fueron suficientes para mantenerla en el cargo, desde donde había expresado críticas a algunas decisiones del Gobierno, y será sustituida por Jhenifer Mojica, una abogada con trayectoria en la defensa de los derechos humanos.

La ruptura de la coalición también costó el cargo de ministro de Transporte al conservador Guillermo Reyes, que tuvo que lidiar con la crisis causada por la quiebra de las aerolíneas Viva y Ultra Air, así como con graves problemas en carreteras del país y será reemplazado por William Camargo, que también procede de las huestes petristas de la Alcaldía bogotana.

Los otros dos que se van del gabinete son los de Ciencia, Arturo Luna, y de Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (TIC), Sandra Urrutia, ambos sin trascendencia en su paso por el Gobierno y que serán reemplazados, respectivamente, por Yesenia Olaya y Mauricio Lizcano, este último hasta hoy director del Departamento Administrativo de la Presidencia (Dapre), donde le sustituye Carlos Ramón González.

Dos ministros que continuarán en sus cargos a pesar de que su gestión ha sido muy cuestionada son los de Defensa, Iván Velásquez, a quien le critican la falta de resultados, y la de Minas y Energía, Irene Vélez, enfrascada en polémicas por su inexperiencia y su oposición a la exploración y explotación de hidrocaburos para acelerar la descarbonización de la economía colombiana, cuya principal fuente de ingresos es justamente el petróleo.

También sigue en el cargo el canciller, Álvaro Leyva, quien aseguró en Twitter que sigue siendo ministro de Relaciones Exteriores y pidió: «Acompáñenme en el trabajo de hacer de Colombia un ejemplo para todo el mundo».

Con el nuevo equipo, Petro tendrá todavía tres años y tres meses por delante para hacer lo que denomina un «pacto social para el cambio», una tarea cada vez más complicada si se tiene en cuenta que el capital político con el que ganó las elecciones de 2022 ya empezó a mermar.

 

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